El recorrido del 107º Giro de Italia, previsto del 4 al 26 de mayo de 2024. Comienza con dos etapas inusuales y llenas de baches que obligarán a los capitanes y “favoritos” a disputarse la victoria, aunque no son tales como para generar excesivas diferencias. Veinticuatro horas más tarde se repetirá con una etapa que saldrá de Canavese (San Francesco al Campo) y recorrerá las colinas de Biella para llegar a la subida final de Oropa (150 km), donde en 1999 Marco Pantani logró una de las hazañas más bellas en las subidas al remontar 49 ciclistas tras un problema mecánico y ganar la etapa.

La tercera etapa ofrece un sprint potencialmente en pelotón (Novara-Fossano 165 km), pero que los velocistas tendrán que ganarse, ya que el precedente de una GranPiemonte (2009) muestra cómo un solo atacante, en aquella ocasión Philippe Gilbert, puede en la última aspereza volcar el pronóstico y llegar en solitario. 

El Giro se desplaza a Liguria (Acqui Terme-Andora, 187 km) y después a Toscana (Génova-Lucca, 177 km) antes de una serie de etapas exigentes y, en algunos casos, potencialmente decisivas, si no fuera por el roce de los favoritos que impondrán al pelotón. Hay una etapa en movimiento, una contrarreloj individual y una etapa de montaña con final cuesta arriba. Por orden: Viareggio-Rapolano Terme (177 km) con unos 12 km de carreteras de grava en el final, en parte ya vistas en la Strade Bianche y en parte inéditas. Le sigue Foligno-Perugia, una contrarreloj individual (37,2 km) con los últimos 4 km cuesta arriba para llegar al centro histórico, tocando los lugares más famosos de Umbría vinculados a San Francisco como Asís y Spello. Después de la fatiga contra las manos, el segundo final cuesta arriba en los 14 km a Prati di Tivo (Spoleto-Prati di Tivo 153 km), ya el sitio de las etapas en la Tirreno-Adriatico en varias ocasiones. Desde Spoleto cruzamos los Apeninos umbros para llegar al macizo del Gran Sasso. Antes de la jornada de descanso, la caravana llega a Nápoles (Avezzano-Nápoles 206 km), en su salón de Via Caracciolo, con una etapa potencialmente al sprint.

Después de descansar, salimos de Pompeya para una etapa que, desde el punto de vista ciclista, presenta un final cuesta arriba sin precedentes (Pompeya-Cusano Mutri [Bocca della Selva] 141 km) y que, desde el punto de vista cultural, une arqueología y paleontología. Pompeya y la cercana Longola, en la zona de salida, hablan de la historia romana, de la vida cotidiana hasta la erupción del Vesubio. Pietraroja, a unas decenas de kilómetros, cuenta la historia de la cría de dinosaurio “Ciro” encontrada fosilizada prácticamente intacta, lo que ha permitido aprender muchas cosas sobre el mundo de hace 65 millones de años. Francavilla al Mare acogerá un merecido sprint (Foiano di Val Fortore-Francavilla al Mare 203 km) antes de la etapa de los “muri di Fano” (Martinsicuro-Fano 183 km). Una etapa selectiva caracterizada por los “muros bajos” de la región de Las Marcas, es decir, aquellos con pendientes elevadas, pero no extremas, que debería reunir a un puñado de ciclistas para disputarse la victoria de etapa.

Queda un sprint en la Riccione-Cento (179 km), que atraviesa las zonas devastadas por la riada de mayo de 2023. Fin de semana con dos etapas muy exigentes: Castiglione delle Stiviere-Desenzano del Garda: contrarreloj individual (31,0 km) y Manerba del Garda-Livigno (Mottolino) de 223 km con final en subida sin precedentes. La contrarreloj es la última oportunidad para que los especialistas consigan una ventaja sobre los escaladores, pero ya al día siguiente estos últimos tendrán la oportunidad, si no de cambiar las tornas, al menos de recortar segundos, o minutos, a sus rivales. La contrarreloj es llana y muy rápida, donde en 1859 se libró la segunda guerra de independencia. Para llegar a Livigno, se superarán 5200 m de desnivel, con la interminable Forcola di Livigno en la parte final (paso en Suiza) y la llegada a Mottolino, donde los últimos 1800 m discurren por asfalto a lo largo de una pista de esquí con rampas alternas del 18% y tramos cortos, casi llanos.

Descanso y salida de Livigno para la etapa Cima Coppi, que en 2024 volverá a ser el Paso Stelvio con sus 2758 m. La Livigno-Santa Cristina Valgardena (Monte Pana) ofrece 4400 m de desnivel culminando con los 2 km finales de Monte Pana siempre por encima del 10%. La siguiente etapa, de Selva di Val Gardena a Passo Brocon, tiene 159 km y es una de las etapas decisivas del final del Giro. A excepción del corto tramo de Canazei a Predazzo, sólo hay subidas y bajadas. Se suben el Passo Sella y el Passo Rolle, que hicieron historia en el Giro a principios de la posguerra, para pasar por dos lados el Paso Brocon. La del Canal San Bovo, que ya vio pasar el Giro de 1955-56-57 y 67, y la inédita de Val Malene con el largo tramo por encima del 10% que conduce a la meta.
El sprint a Padua (Fiera di Primiero-Padua 166 km) y la etapa de dificultad media a Sappada (154 km desde Mortegliano con Passo Duron y Sella Valcalda antes del final -la etapa pasa por Peonis donde murió Ottavio Bottecchia) anticipan el enfrentamiento en Alpago-Bassano del Grappa (175 km con dos subidas al Monte Grappa desde Semonzo que vio el ataque victorioso de Nibali en 2010 y la contrarreloj ganada por Quintana en 2014). Gran final en Roma con un circuito de pasarela en la Ciudad Eterna.

Noticias relacionadas
También te puede interesar