Bergen (Noruega) acoge este año los Mundiales de carretera. Todas las pruebas en línea se disputarán en un circuito de 19,1 kilómetros, aunque tanto los élite, como viene siendo habitual los últimos años, como los juniors, tendrán una primera parte inicial de 40 kilómetros antes de llegar al circuito, que coincide básicamente con el de las cronos.
Es un circuito que se va a hacer muy duro, porque estamos hablando de un recorrido con curva, subida, bajada… sin un tramo de llano. Y con 277 kilómetros, una distancia para profesionales de verdad. Pero el final no lo es. La subida -Salmon Hill, 1,5 kilómetros que empiezan al 7,8% y terminan al 5,8%- al está a más de diez kilómetros de meta y además engaña, porque parece dura cuando la inicias pero se va suavizando. Luego tienes bastante distancia hasta la llegada, con una zona junto al mar en la que va a dar el aire.
En cuanto al resto de categorías, dureza adicional, la distancia. Los juniors tendrán que realizar unos 135 kilómetros, pero los sub23 se van a 191.
Las contrarrelojes, contaarán con dos circuitos que coinciden en gran medida con el de la prueba en línea, uno corto, de 16,1 kms. (para las juniors), y uno largo, de 21,1 kms. (para los juniors y las féminas élite), que combinados dan el recorrido para los sub23, con una distancia más que respetable de 37,2 kilómetros.
Y en el caso de los élite, dos vueltas al circuito corto y esos 3,4 kilómetros de subida final al Mount Royal, lo que supone que la distancia de su crono, 31 kilómetros, sea inferior a la de la categoría de plata.