La Vuelta a Burgos femenina se ha consolidado en el calendario nacional y este fin de semana cumplirá su cuarta edición. Alrededor de 300 corredoras tomarán parte en una prueba que volverá a disputarse bajo la modalidad de challenge y que contará con los mejores equipos nacionales liderados por el Movistar, escuadra de nueva formación que se perfila como favorita en la cita burgalesa.
La novedad en el recorrido de este año es la presencia de la prueba de Poza de la Sal, que se disputará el lunes 30 de abril. Antes, el protagonismo recaerá en Medina de Pomar (sábado 28) y en Villarcayo (domingo 29). Como en anteriores ediciones participarán las categorías cadete, junior y elite-sub23.
Medina de Pomar será el punto de partida y en este primer día las cadetes completarán un trazado de poco más de 27 kilómetros, las junior cubrirán 52,6 kilómetros (darán dos vueltas al recorrido de las cadetes), mientras que las elite-sub 23 completarán 82 kilómetros. El GP de Villarcayo llegará el domingo 29 y será la prueba más dura de las tres. Las cadetes harán 40 kilómetros con el puerto de Hornilla de la Torre (Tercera) a mitad de recorrido. Las junior, con un itinerario de 55 kilómetros, subirán Retuerta a falta de poco más de 20 kilómetros para el final. En la prueba para las elite-sub 23, el pelotón pasará dos veces por Retuerta y el trazado tendrá más de 96 kilómetros. Por último, se disputará el GP Poza de la Sal el lunes 30 de abril. Tendrá un itinerario sin puertos puntuables, pero que transcurrirá por un terreno accidentado. Las más pequeñas completarán 27 kilómetros, las junior 63,7, mientras que las elite-sub 23 llegarán a los 90,9 kilómetros.