de aquí al llano de la perdiz, y tras hacer un amago de bajar igual que por donde se aostió nein otra vez, hicimos un recorte y comenzazmos un senderillo que madre mía, de los que me gustan a mí. Aviso que el que tenga vértigo o simplemente tenga algun trastorno mental que le impida asimilar las siguientes fotos apague el ordenata de bulla y corriendo.
Nein seguía con su conquista, y he de decir que acertado, me llevó a un senderillo que desembocaría en la cuesta de las cinco curvas. Explico.
Un senderillo que si ya en mojado, con el piso asentado cuesta trabajo, en seco no quiero ni imaginar como rasque la rueda trasera. Tras el sendero de las fotos te desviabas a la derecha y comenzabas a subir... subida caracterizada por su estrechez, por su desnivel y piedras en el camino haciendo las veces de escalones, mucho peores que los de la cuesta de los chinos. A un lado, balate, a otro, simplemente verde. durante todo el trayecto había curvas y era sendero. Sendero que raramente podías meter mediano no por su desnivel(que tras un rato quema) si no por su dificultad técnica. Como puse al inicio de la crónica, yo la llamaría de pie o sentado porque, entre el desnivel y las piedras, lo mismo que antes: si te levantas, patina. si te quedas sentado, te vas patrás de espaldas haciendo el caballito.
Nein me retó a subir y pasar las cinco curvas encima de la bici, y de las cinco, sólo en la tercera(y en toda la subida, soy un campeón) eché el pie al suelo una vez(nein puede corroborarlo) porque en una de las curvas las piedras estaban puestas a mala leche. Joder, era una especie de valla pedregosa, y con el balate que había detrás y aquelllo húmedo, quise pasar pero patinó la rueda y sin pensarlo descalé y pie al suelo.
Las puñeteras curvas eran horquillas que en dos metros de sendero te cambiaban completamente el sentido de la marcha, y si ya de por sí subiendo había desnivel, en la curva era traicionero porque este se acentuaba de forma abrupta, nacía un desnivel positivo(de positivo nada, que imagínate el juego de manillar, culo delante-atrás, pedal y equilibrio-esquivo de piedras que tenías que hacer para sólo intentar, dar la curva sin caer). Guapísimo.
El truco era creo yo, abrirte un poco para evitar lo máximo posible el desnivel, a 3km/h visualizar la trazada para no pillar los escalones de piedras y sin pensártelo pedalear y tener suerte con el juego de pesos para no remontar en caballito ni patinar la rueda. Guapo guapo, como siempre, yo me quedo con las mejores sensaciones. En el veleta la bajada con modesto, con nein el peralte de la bajada y en esta, muy guapa, el gesto de superar las curvas. Sí, estaba enamorándome de nein. Lástima que no haya fotos, pero tengo algunas de antes de la cuesta
Granada, desde el senderillo que rodeaba la sierra, y el cielo de aquella manera. Precioso
Doquiera que vayas, Granada es preciosa para pedalear. No sólo está sierra nevada
Intentad seguid la estela del sendero, y entre tanto verde perfecto que nos acompañó, y entre ese balate perfecto, buscad a nein como quien busca a willy. Venga, que va de rojo, pero aún me pregunto... esto es Granada?
inmenso, verdad? ahora el none
por ahí, tras las cinco curvas y su seguida bajada con sus saltillos, llegamos a tierra firme y camino a la plaza de armas para sacar unas instantáneas. Sigo ahora