- Vaya, qué le habrá pasado a este loro.
- Yo nací así. Soy un loro sin patas, dice el ave.
- Je, je, me pareció como si este pájaro hubiera entendido lo que dije y me hubiese contestado.
- Claro que entendí lo que dijiste. Soy un loro muy inteligente y culto.
- Ah, sí, entonces contéstame a ésto: ¿cómo te cuelgas del palo si no tienes patas?
- Bueno, verás, me da un poco de vergüenza, pero te lo voy a decir. Uso mi pene como gancho y lo enrollo en el palo. No lo puedes ver porque lo cubro con mis plumas.
- Increíble¡¡¡ ¿Realmente puedes entender lo que dice la gente y contestar?
- Claro que sí. Puedo conversar sin mayor problema sobre cualquier tema. Deberías comprarme, soy un excelente compañero.
El hombre mira la etiqueta del precio (1.200 €) y masculla:
- Ese precio es demasiado para mí.
- Psssst, le llama el loro moviendo un ala para que se acerque. Nadie me quiere porque no tengo patas. Ofrécele al dueño 60 €.
El hombre ofrece los 60 € y sale con el loro de la tienda. Pasan las semanas y el perico es sensacional, gracioso, interesante y un excelente amigo, entiende todo y hasta da buenos consejos. Su dueño está feliz. Pero un día, el hombre llega de trabajar y el loro le llama moviendo un ala. El hombre se acerca y escucha al loro:
- No sé si contártelo o no, pero es sobre tu mujer y el cartero.
- Qué?
- Bueno, esta mañana, cuando llegó el cartero, tu mujer le recibió con un beso en la boca. Ella estaba en ropa interior
- Y después, ¿qué pasó?
- Después el cartero entró en la casa y empezó a acariciarla toda.
- Dios Santo, ¿y qué más?
- Después le quitó las bragas y el sostén, se arrodilló y empezó a besarla por todas partes, empezando por los senos lentamente e iba bajando por el ombligo, y seguía y seguía....
El ave se queda callada un buen rato.
- ¿Y qué pasó? ¿qué pasó? Habla, maldito loro", gritaba frenético el hombre.
Y va el loro y dice:
- No sé. Me empalmé y me caí del palo.








