Pues sí. Hoy ha sido uno de esos días en los que cojo la bici porque la tarde es muuuuu larga y si no hago ná me aburro. Y si en mi ruta de ayer mi bici fue como una prolongación de mi cuerpo, y el manejo de la misma era cuasiperfecto en zonas técnicas, hoy ha sido lo contrario. Desde que salí, en la primera subida con piedras ya iba cruzado, y dije en voz bajita para mí mismo: "no, hoy no voy fino, veremo a vé si no me la pego".
Tenía que haber hecho una ruta en plan carrileo, pero como estamos en fiestas y los turistas no paran quietos, por no encontrarme coches por los carriles me fui a los pinares. Pues tras terminar con toda la parte dura de la ruta, incluída la zona de pedrolos donde me caí hace unas semanas, me adentré por senderos sin dificultad aparente. En una zona tenía que elegir entre un tramo de arena o rodearlo por un senderito entre matorrales. Decidí el senderito y se me enganchó el acople en una rama. Total, vuelo sin motor, rodé por el suelo en plan croqueta, y dije lo que siempre digo cuando me caigo: "¡ah!".
Me levanté, lo tenía todo en su sitio, y la bici también, menos la rueda delantera que había dado un giro de 180º, por lo que la maneta de freno ha hecho una nueva marca en el cuadrito.
Me duele la muñeca izquierda y la espinilla derecha me escuece. Podía haberme ido a la playa, a tomar un cafelito en una terraza y observar las nuevas tendencias en bikinis, no por ná, sino porque a uno le gusta estar al día en lo que se lleva, pero no, me fui al monte a caerme.
Y esto es todo, friends.