Tras una primera jornada dominada por el calor, los ciclistas se han enfrentado a la segunda etapa deseosos por admirar el imponente paisaje que los 117 kilómetros que separan Campodron de La Seu D Urgell deparan. La Etapa Reina de la Transpyr ha dejado claras las razones por las que la Collada Verde o la subida a la Molina son tan apreciadas por ciclistas de todo el mundo
MODALIDAD MTB
Iban Zugasti y Tomas Misser, la pareja de Orbea Factory Team ganadora la primera jornada de la Transpyr Coast to Coast, han vuelto a hacerse con el liderazgo. Desde el primer momento, estos reyes del ciclismo han despuntado del grupo, dejando claro que van a por todas.
Desde el inicio del tramo cronometrado, una complicada y exigente subida se ha convertido en el mayor reto de los ciclistas. Este ascenso continuado ha regalado como broche final a los participantes unas impresionantes vistas, paisaje que se ha convertido desde el inicio de la segunda jornada en el mayor aliciente para afrontar el calor - mitigado ante los 1.928 metros de altura a la que se ha desarrollado la etapa, pero extremado en el último tramo- y el cansancio. Muchos han señalado la imponente bajada de La Molina como uno de los puntos álgidos del día de hoy.
Pep Sánchez ha destacado la dureza de la segunda etapa, que ha contado con una importante subida prácticamente al comienzo. “El calor se ha soportado mejor que ayer ante la ausencia de humedad. Pese a haber hecho el recorrido con cuatro amigos, disfrutando del impresionante paisaje verde típico de la alta montaña, he apretado mi ritmo en los tramos cronometrados para dar lo mejor de mí mismo. Estoy muy feliz con mi puesto 12”, señala.
MODALIDAD CARRETERA
El día de hoy ha sido especialmente duro debido a las altas temperaturas y a las exigencias del recorrido. Hasta el primer avituallamiento todo ha ido sobre ruedas, pero al llegar al popular -y temido- Coll de Pradell, muchos han tenido que hacer el trayecto a pie. A esta situación se han sumado dos abandonos. Hay que tener en cuenta que la dureza del recorrido se ha mantenido hasta el final: a partir del segundo avituallamiento, hasta la meta, no hay ni un metro llano.
Una exigente jornada que demuestra que Transpyr Backroads es un verdadero reto para la fortaleza física y mental.