EQUIPO BZ El corredor de Bikezona Cannondale relata su experiencia

10.000 del Soplao. La crónica de Joseba León

10.000 del Soplao. La crónica de Joseba León
Pregunté varias veces la razon del misterioso nombre Los diezmil del soplao, pero nadie lo supo; todo eran suposiciones y respuestas titubeantes. Asi que aun desconozco porque dan semejante titulo a una prueba que podrian haberla llamado "La historia interminable". Me da igual, es mas, no quiero saberlo, prefiero seguir en el misterio, prefiero el miedo a lo desconocido. La lejanía como recorrido, la eternidad como duracion. La angustia de no saber que va a pasar, la incertidumbre de pensar que algo va a pasar... Sensaciones unicas que solo entienden los que hallan participado en esta aventura. 170 kilometros de recorrido por infinitas pistas que recorren una region encantada, donde encuentras aldeas a las que no llegan carreteras, donde los ancianos aun calzan zuecos de madera, donde manadas de caballos corren por las montañas nevadas. Una vez año se rompe la armonia para dar paso a una marabunta ciclista que busca superacion psicologica llegando a los limites fisicos del cuerpo. Los botellines y el camelbak llenos de liquido, los bolsillos llenos de solidos, la riñonera llena de herramientas, chubasquero por si acaso, cuentakilometros, rutometro, etc, ... Acostumbrado a competir nada mas que con un buzo de licra fina, hoy me siento extraño con tantos accesorios. Salida en frio con ataque en tromba. Al principio busco resguardo en un peloton inestable, lleno de gente nerviosa que rueda mas rapido de lo que debería. Algunos participantes se autoinmolan con tal de pasar primeros por sus pueblos, repletos de espectadores que salen a las calles para despedirse de los ciclistas antes de que se adentren en las montañas. Media hora, una hora, una hora y media... la cosa esta ahora mas relajada, y el peloton se estira poniendo a cada uno en su sitio. Una hora y media, dos horas, tres horas... me acompañan en cabeza tres corredores que derrochan clase y fortaleza, sus maneras de pedalear me hacen presagiar que son superclases. Para hacer mas llevadero nuestro viaje decido presentarme y preguntarles por sus nombres: Francisco Ventoso, Matias Cagigas y Aitor Quintana. Me encojo de hombros ante tres corredores que vienen del mundo de profesionales de la carretera. Tres horas y media, cuatro horas... constantemente me descuelgo en las subidas para volver a enlazar en las bajadas, salta a la vista que no soy rival para ellos. Cuatro horas y media, cinco horas, seis horas... llego a la única zona tecnica de todo el recorrido y me los encuentro espatarrados en la cuneta. Asustados, buscan la manera de atrabesar un inmenso barrizal, que a buen seguro nunca antes habian visto ni en la "vuelta a españa" ni en ninguna otra competicion de carretera. Apenas un kilometro complicado pero suficiente para perder varios minutos. Es mi unica oportunidad, tomo aire y me concentro: Lanzo la bici al barro dando latigazos para que lo escupan las cubiertas, floto sobre las piedras, me impulso con los riñones, busco la trazada, apreto los dientes, chillo... Ahaaaa!!!... No quiero que me ganen esos "carreteiros". Quiero demostrarles que el mountainbike es algo mas que imprimir watios sobre los pedales, ellos desconocen las valiosas tecnicas secretas de la bici de montaña. Seis horas y media, siete horas... El mero hecho de llegar pronto a meta y poder comer un plato de pasta me llenan de felicidaz, pero disputar el triunfo contra Francisco Ventoso me asusta sobremanera. Fran sabe que soy mas habil que el en los descensos, sabe que tengo ventaja en una meta llena de curvas y ostaculos, sabe que retrocedí a buscarle para encontrar el camino... Pero yo se que si Fran se pone cabezota desde la salida, me saca media hora... Una vez mas tengo que hacer uso de mis picarescas artimañas. Mi unica baza llegando a meta es ganarme su confianza, me intereso por el, le doy algun relevo, le presto mi aceite para sanar su cadenilla, le sonrio y asta le cuento un chiste, ¿me dejas ser tu amigo?... Al final consiguo hacerle reir. El bueno de Francisco Ventoso, caballero y honrao, me permite acompañarle en la entrada a meta. Entramos de la mano como buenos amigos, pero yo le traiciono con una maniobra circense que impulsa mi chip por delante del suyo. Aun asi me da un abrazo, demostrandome que ademas de piernas fuertes, Francisco Ventoso, tiene buen corazon. Radio y television, periodistas acosandome, mi nombre constantemente en megafonia, autografos a los niños, cientos de personas dandome la enorabuena... En la multitudinaria entrega de trofeos se honra desproporcionadamente a un corredor de poco prestigio, y subo al podium envuelto en una burbuja de mentiras convencido de ser una superestrella. Al dia siguiente vuelvo a la realidad; me toca madrugar para ir a disputar el liderato de la 3ª prueba del Open de Euzkadi en Labastida, en la rioja alavesa. Dicen que es una locura empalmar "los diezmil del soplao" con otra competicion, dicen que estoy en desventaja frente a mis compañeros descansados. Se equivocan; comparado con lo de ayer, dar ahora vueltas a un circuito cerrado me parece facil e insulso. "El soplao" me ha curtido tanto, que ahora sufrir poco mas de una hora me da la risa... Cruzo la meta sin inmutarme de los aplausos, dicen que he ganado y que soy el lider del open de euzkadi, pero me causa indiferencia. Les explico que ayer en Cabezon de la Sal se celebró algo épico, les predico que lo realmente importante son los diezmil del soplao, les chillo que ayer alcanzé el cielo del infierno cántabro... pero no me entienden, me toman por loco... Dicen que ya no soy el mismo. No se lo que me pasa, algo me ha ocurrido. Mi cabeza esta en una region encantada, donde encuentras aldeas a las que no llegan carreteras, donde los ancianos aun calzan zuecos de madera, donde manadas de caballos corren por las montañas nevadas... Galería de fotos

Comentarios de la Noticia

Para participar en los debates tienes que estar registrado en Bikezona

Si ya lo estás puedes ir a: