MATERIAL La escasez y la subida de precios serán la nueva normalidad de las bicicletas para el próximo año

2021 annus horribilis para comprar una bicicleta

2021 annus horribilis para comprar una bicicleta

El Covid19 ha resultado ser un impulsor del deporte en general y del ciclismo en particular. Nadie se podía imaginar que en una situación como la que estamos viviendo, llena de restricciones y de miedo, saturada de informaciones alarmistas y desasosiego, podría haberse generado una demanda tan inusual de bicicletas como la actual. El sector llevaba sumido en una crisis que se arrastraba desde estos últimos 8 años, y de repente hemos pasado de la nada, al todo.

Las restricciones sobre los derechos fundamentales, como la libre circulación,  el poderse reunir con quien se quiera, el poder desarrollar la actividad laboral de forma normalizada, etc…. , han afectado de manera trascendental el día a día de las personas y han hecho que muchas de ellas hayan buscado una vía de escape para poder mantener cierta cordura. Una de esas vías de escape ha resultado ser la bicicleta, que para muchos, ha sido todo un descubrimiento. Ni el mejor de los analistas podría haber calculado una demanda de bicicletas tan fuerte y repentina como la que se ha generado en estos últimos meses.

Y aunque, obviamente, esta es una muy buena noticia para el sector, por desgracia lo que el “virus” nos da, el “virus” nos lo quita. Lo que parecía un regalo de los Dioses, los humanos lo convertimos en un problema de difícil solución, al menos a medio plazo. Esta maravillosa demanda, todo un maná para el sector, resulta ser un caramelo envenenado, difícil de tragar debido a diversos factores que aquí os vamos a exponer:

1º La industria mundial de la bicicleta es una de las industrias con menos visión empresarial de los sectores productivos actuales. Hay que tener en cuenta que esta industria nace a principios del XIX de unos pequeños talleres artesanales que fabricaban y comercializaban de forma directa sus productos. Es decir eran mitad taller y mitad tienda, que respondían a una demanda directa del usuario final. Esa forma de entender el negocio, podemos decir que después de 200 años aun se mantiene, y por tanto, todavía no podemos calificarlo de un sector con criterios empresariales de este siglo. Su forma de producción basada casi al 100% en las programaciones de los minoristas, hacen que las “marcas” no trabajen con previsiones de mercado en ningún caso, y es normal que cuando la demanda se dispare, como es el caso actual, les deje con el pie cambiado.

Aunque este primer factor que acabamos de señalar parezca ya suficiente para entender que las marcas de bicicletas van a ser incapaces de cubrir la demanda actual, tenemos que añadir que esta industria necesita de empresas subsidiarias que fabrican sus componentes: neumáticos, grupos de transmisión, suspensiones, ruedas, sillines, manillares, etc….., y que ahora mismo, se encuentran con problemas para cubrir este incremento de la demanda, sobre todo por problemas para hacerse con la materia prima necesaria para la fabricación de sus productos.

Las medidas restrictivas tomadas a nivel mundial para frenar la expansión del virus, en muchos casos han paralizado la extracción y el transporte de los materiales básicos para la fabricación de los componentes de las bicicletas. Ahora mismo, las marcas de bicicletas además de no poder siquiera fabricar cuadros para cubrir la mitad de la demanda actual, se encuentran con que tampoco tienen los componentes para completar el proceso productivo, es decir, ahora mismo se encuentran colgadas un montón de bicicletas a falta de componentes para su montaje final.

La mayoría de la producción mundial de cuadros y componentes para casi todas las marcas de bicicletas se encuentra en Asia, concretamente en China y Taiwán. Ahora mismo los plazos de entrega para los materiales que componen una bicicleta, se encuentran en periodos que oscilan en el mejor de los casos de 3 meses, pero se mueven fundamentalmente entre los 9 y  los 18 meses.

Esos plazos incluyen el transporte que también se ha visto afectado, y que en su gran mayoría es marítimo. Un contenedor puede llegar a tardar entre 2 y 3 meses desde su salida en origen, hasta su destino, lo que antes hubiera sido entre 2 y 3 semanas. Hay problemas ya que hay menos flotas navegando, menos personal estibador y menos en aduanas. Además este aspecto  se ha encarecido sobremanera y estamos hablando de una media de 4 veces su valor normal.

5º El dólar taiwanés se has visto revalorizado frente a las divisas de cambio de las principales marcas que son el dólar y el euro, lo que de nuevo vuelve a encarecer el producto final.

En resumen, el extraordinario aumento de la demanda, la falta de visión empresarial de la industria de la bicicleta, junto con un encarecimiento del costo de sus fabricados y su logística, repercutirá sin duda en el precio final de manera importante y 2021 será un año muy malo para aquellos que tienen pensado adquirir una bicicleta.

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