El domingo se celebra A Gran Bikedada. La excitación crece entre los participantes ante la proximidad del acontecimiento. Se inicia la cuenta atrás de un gran fondo de emociones, de una jornada especial, que se abrirá con una espectacular concentración de bicicletas en la emblemática rúa do Príncipe, de Vigo; dispuestas a tomar el camino de la Senda da Traída da Auga en dirección al Encoró das Eiras, en Fornelos de Montes, a través de Redondela y Pazos de Borbén. La salida se dará a las 9 de la mañana
Los ciclistas estarán regresando al punto de partida, presumiblemente, hasta las cuatro y media de la tarde. Un largo camino por delante, para recorrer, el más del tiempo, codo con codo, compartiendo senda, cuando no rodada. Estrecheces y barro en la vereda, después de casi dos meses ininterrumpidos de lluvias.
Las actividades se iniciarán el sábado, en el mismo entorno de la rúa do Príncipe, con la presentación de la marcha a las 12.30, la entrega de dorsales entre 14.00 y 19.00 horas; y distintas actividades: circuito infantil, exposiciones… e incluso actuaciones musicales a cargo de jóvenes ciclistas, talentosos/as también en este arte.
Promueve el evento Social Ciclismo Fan Manager, y cuenta con la colaboración de distintos clubes de Vigo y comarca, así como del Concello de Vigo, Deputación de Pontevedra y Novagalicia Banco, entre otras muchas entidades.
UN AMBIENTE CON UN HALO DIFERENTE
Dentro de los extraordinarios atractivos de la bicicleta de montaña, se percibe en el ambiente un halo diferente. Seiscientos ciclistas (no podrán estar todos los que quisieran, por cuestiones de infraestructura), procedentes del ciclismo profesional, del sector de la construcción, de la banca, del comercio, de la medicina, de la abogacía… -el deporte, en su praxis, sigue teniendo
esa enorme facultad integradora-, unidos en el reto de ir un poco más allá en las emociones, el esfuerzo, en la superación y en el deseo de medir y compartir camino, vivencias, en definitiva. Por un día, jornaleros todos de la gloría, más anónimos que nunca detrás de rostros embarrados y luces interiores más intensas, aflorando el deseo de superación que sostiene al ser humano. Rostros ensombrecidos por el lodo, enmarcando miradas vivaces.