En su tercer día de competición, Alejandro Valverde ha demostrado que su retorno a la elite mundial es un hecho. Pese a su año y medio de inactividad, en la primera jornada exigente tras su regreso el ciclista del Movistar Team se ha fajado con los mejores y ha peleado por el triunfo en la segunda etapa del Tour Down Under, 148 kilómetros con salida en Lobethal y ascendente llegada en Stirling, meta en la que Valverde ya había sido 2º en la edición de 2010.
La etapa ha estado marcada desde la salida por la exitosa fuga de Kohler (BMC) y Clarke (UniSA). El primero, escapado también ayer, se descolgaba tras el segundo sprint intermedio una vez alcanzado su objetivo de lograr las bonificaciones –que le darían finalmente el liderato de la carrera- y dejaba solo en cabeza al australiano, que en una gran cabalgada en solitario se hacía con el triunfo parcial y a punto estaba de sentenciar la general gracias una renta que a falta de 20 kilómetros superaba los 8 minutos respecto a un pelotón en el que el trabajo de Movistar Team ha resultado decisivo.
Primero, con la presencia al frente del gran grupo durante muchos kilómetros de Imanol Erviti; más tarde, con los ataques de Javi Moreno y, sobre todo, de Ángel Madrazo, para tratar de relanzar la carrera y, ya en la parte final, con el trabajo en bloque de todo el equipo –salvo las bazas de Valverde y Rojas- en un esfuerzo a la desesperada que ha conseguido reducir la diferencia del fugado a poco más de un minuto. “El problema ha sido la falta de colaboración –explica el director de la escuadra telefónica, José Luis Arrieta-. Desde el km 50 hemos puesto a tirar a Erviti pero, visto que nadie colaboraba, hemos preferido mandar por delante a Madrazo, aunque no le han dejado más de un minuto. Al final, ha habido que poner a todos a tope porque la carrera se marchaba”.
De la misma opinión era Valverde, 4º finalmente en la línea de meta por detrás de Matthews (RAB) y Gerrans (GEC): “Al principio nos han dejado toda la responsabilidad a nosotros y luego ha sido ya imposible alcanzarle. El equipo ha estado de maravilla y hemos demostrado que somos un gran bloque, pero no podíamos asumir toda la responsabilidad tan lejos de meta”. Pese a no poder disputar el triunfo, el murciano hacía un balance positivo de la jornada:“Era un día en el que quería probarme y me he reencontrado conmigo mismo. Ayer fue un día durísimo, uno de los que más he sufrido sobre una bici por el enorme calor, pero hoy la temperatura ya ha bajado un poco y he demostrado que estoy bien. Eso me da confianza para el futuro y me quita los nervios que siempre tienes tras tanto tiempo sin correr, pero hay que ser cautos y ver cómo voy recuperando de los esfuerzos.
En el sprint, he arrancado demasiado pronto con Boasson Hagen porque daba un poco de viento de cara y al final me ha pasado Matthews. He dejado un poco de pedalear en los últimos instantes y Gerrans me ha superado casi sobre la línea de meta. Podía haber sido 3º pero, más allá de eso, el objetivo era volverme a ver con los mejores. Viendo el nivel que había, con gente como Boasson Hagen o Matthews, que ganó aquí el año pasado, creo que lo he conseguido”.
