Se podría decir que el recorrido de La Rioja Bike Race ha ido de menos a más. Con una primera etapa un tanto caótica, una segunda jornada más clásica sin incidentes, y una etapa final que hizo las delicias de la gran mayoría.
Pasemos a analizarlo:
La carrera empezó el viernes por la tarde en Navarrete, pretendiendo dar facilidades a los numerosos participantes de comunidades limítrofes que acuden en el mismo día a recoger el dorsal. Un recorrido tan corto y rápido que el primer clasificado detuvo el cronometro en 46 minutos, casi todo por pistas fáciles y carreteras secundarias.
Lamentablemente, en la única zona divertida de sendero estrecho se formaron grandes atascos a partir del puesto 100 (de 800 participantes en total), provocando la frustración de los que pretendían disputar las categorías Master. En este absurdo escenario, lo lógico hubiese sido celebrar una contrarreloj individual con salidas cada 15 segundos.
El segundo día se celebró la etapa reina, un maratón tradicional sin grandes novedades. Para poder llegar desde Logroño a lo alto de la Sierra de Moncalvillo (y también a la vuelta), no queda más remedio que recorrer muchos kilómetros de puro “Gravel” rodando en pequeños pelotones. La subida principal se hizo eterna, con algunos tramos desagradables en forma repechos inoportunos que tal vez se podían haber evitado. Pero hay que reconocer que las bajadas fueron realmente espectaculares y divertidas.
La última etapa tal vez fue la más acertada. Con menos interés paisajístico que la jornada anterior, pero con un componente de conducción más concentrado, con subidas técnicas y bajadas muy divertidas pero sin peligro alguno. Mucha variedad de caminos entretenidos y senderos recién acondicionados para la ocasión.
Son ya nuve ediciones que empiezan a notarse algo repetitivas. Pero el precio de la inscripción está bien justificado y el formato parece seguir funcionando. De todas la BikeRace oficiales, la de La Rioja tal vez sea la que menos puede presumir de recorrido. Para ello tendrían que irse fuera de la capital en busca de poblaciones más rurales. Sin embargo, la organización de Logroño es claramente la mejor de todas y eso se nota en la comodidad de los participantes y el buen ambiente que se crea. Se trata de un recorrido sin grandes dificultades técnicas, pero con mucha variedad de situaciones que no dan opción al aburrimiento.
Aunque la organización presume de mountainbike en estado puro, en realidad La Rioja BikeRace gustará más a los amantes de las carreras. Una gran competición reglamentada por la Federación pero para todos los niveles y categorías. Siendo bastante más aventureras sus otras pruebas hermanas (Andalucía, Cataluña y Asturias).
Habría que analizar algunos detalles como la bajísima participación femenina, o la ausencia de categorías Sub23. En cambio, se batió un récord histórico con un pelotón de más de 100 Masters50. También hubo premios especiales y metas volantes patrocinadas, pero que casi nadie supo entender como funcionaban. En lo deportivo Hans Beking y Meritxel Figueras (ambos del Buff-Megamo) vencieron cómodamente ante la ausencia de otras estructuras profesionales.
El BikeZona Team estuvo presente con Joseba León (20º Elite, 31º Scrach) gracias al apoyo de Named Sport y Garri Bikes.