Hablamos de sólo un kilómetro, pero con porcentajes máximos que rondan el 23%, una media del 13% y varios tramos adoquinados. La cuesta del hielo, como conocen los vecinos de San Lorenzo de El Escorial al muro de la Cañada Nueva, será una de las grandes novedades del recorrido de la Vuelta de 2011. El Ayuntamiento de la localidad, así como la Comunidad de Madrid, se han encargado de que Unipublic la incluya en su trazado.
A falta de pulir los últimos detalles, la etapa se celebrará durante la primera semana de la carrera, saldrá de Talavera y terminará en la rampa después de que el pelotón haya ascendido la Cruz Verde. David Arroyo, talaverano, segundo del Giro de 2010 y contrastado escalador del Movistar Team, accedió amablemente a inspeccionar el terreno para AS. "¡Madre mía, por dónde nos van a meter!", se le escapó cuando vio lo que tenía por delante. Luego vino el análisis: "Supondrá un gran espectáculo para el público, un día muy bonito para seguirlo por la tele. Se trata de ese tipo de llegadas cortas y explosivas que tan bien se le dan a gente como Purito o Igor Antón. Personalmente, prefiero los puertos más largos y tendidos, aquí no ando como a mí me gustaría".
Este muro ya se había subido anteriormente en dos ocasiones: en la cronoescalada a Abantos de 2003, en la que Heras sentenció la Vuelta tras recortar a Nozal la diferencia que le sacaba; y en otra jornada de 2007, también con final en Abantos, ganada por Samuel Sánchez. Arroyo explica la diferencia de que esta vez sea meta: "No tendrá nada que ver la exigencia de un final con cruzar de paso. Habrá que llevar un 39x27 de desarrollo. Y, disputándose en la primera semana, con buenas piernas y en juego las diferencias iniciales, alcanzaremos las máximas pulsaciones de toda la ronda. Bastantes se pondrán en 200".
El asfalto presenta algunos baches, que la organización y el Ayuntamiento se encargarán de corregir. Arroyo sólo baraja un inconveniente: "La etapa vendrá lanzada, a mil por hora, y todos los corredores querrán colocarse en cabeza. Al inaugurarse, será un triunfo muy goloso, como el de La Bola del Mundo el año pasado, y los nervios y el estrechamiento de la carretera pueden provocar algún que otro susto".
David Arroyo hará dos grandes esta temporada, pero todavía no ha decidido si acudirá a Giro y Tour, o Giro y Vuelta. "Que la Vuelta llegue a Talavera de la Reina, a mi casa, supone un importante aliciente. Aunque, como siempre digo, ya es suficiente motivación disputar la carrera de tu tierra. Debo esperar a cómo se desarrolla la campaña". Seguro que muchos ciclistas estarán encantados de inscribir su nombre en la primera subida a la Cañada Nueva, La cuesta del hielo.