Mi primera experiencia en una de las carreras en mountainbike a las que hay que ir una vez en la vida, la que dicen es la carrera que te marca y te da el diploma de mountainbiker oficial. Este año cumplía el 10 aniversario y el equipo Bike Zona no podía faltar al evento.
Facebook hace unos días me recordaba como hacia un año mandaba ánimos a mis amigos que iban a participar en aquella edición, les deseaba suerte y pensaba que estaban locos, que eran unos campeones solo con plantearse participar en semejante reto, quien me iba a decir a mi que sería yo este año una loca más en la parrilla de salida.
Un grupo de bikezoneros nos reunimos para compartir una experiencia más, algunos participábamos por primera vez y nos dejábamos aconsejar por los ya experimentados. Era curioso como cada uno se planteaba la carrera de forma diferente, unos iban con la idea de mejorar tiempos de ediciones anteriores, otros simplemente terminar, algunos disputar, pero a pesar de que cada uno tenia una marca personal diferente, el ambiente de nerviosismo era igual en cada uno de nosotros.
No es la carrera ideal para mí, ni por mi condición física ni por el tipo de terreno, pero el recorrido, el ambiente, la organización y las amistades con las que compartiría esta experiencia merecían que participase, además, el trabajo que he hecho esta temporada me iba a dejar, al menos, terminar dignamente si todo iba como tenia planificado.
Ya el ambiente el día previo en Cabezón de la sal era espectacular, corredores, familia, curiosos, animación, el pueblo se sumergía en un ambiente de fiesta y deporte que es maravilloso, tenia la alegría de un dia festivo con el ambiente saludable del deporte. En el ambiente se respiraban nervios, felicidad, cabezon de la sal vibraba cargado de endorfinas.
Días antes de participar en el Soplao 2016 ya me venían avisando, "regula, es muy largo y sobre todo, GUARDA PARA EL NEGREO". Eran muchas las personas que ya habían participado y todo el mundo decía lo mismo, que guarde energía y que hay que dosificar.
Saliendo en primera línea de salida, cuando te rodeas del top cien, es difícil regularse, no paran de adelantarte cientos de personas continuamente, por lo que, para "mantener el tipo" coges un ritmo, que si bien para una maratón seria adecuado, para una carrera de este tipo, es un gran error. A pesar de que me habían avisado, la adrenalina, la presión, el "evitar un tapón", desconocimiento del terreno y sobretodo, la falta de experiencia, me la jugaron. Al principio todo genial, de hecho, en la "chuleta" los parciales que llevaba apuntados iban cayendo con una hora de antelación, por un lado pensaba lo bien que iba, el demonio del infierno cántabro me decía, dale dale, que esto carbura, por otro lado, el angelito bueno decía, sisi, pero ya sabes que esto no es real, que queda mucho por delante y lo vas a pagar, asi que sube piñones y disfruta del paisaje que esto lo merece y me lo agradecerás. Una mala dosificación me hizo pasar alguna que otra penuria, pero la cabeza hizo su trabajo, y si algo aprendes en este tipo de carreras, es que aquí no solo juegan los entrenamientos físicos, la alimentación y el peso, aquí hay que traer un entrenamiento físico pero también mental a un "fifty-fifty".
Cuando haces una etapa tan larga el cuerpo y mente pasa por miles de fases, fases de seguridad e inseguridad, de fuerza y flaqueza, de orgullo y decepción... un batiburrillo emocional a flor de piel. La fase de salida, todo el mundo con los depósitos llenos, ganas y energía. Según pasan los km cada uno busca un poco su lugar y mantiene un ritmo regular, grupo de gente con el que te ves en cada avituallamiento, subida o bajada. Bajones y subidones emocionales, se puede pasar en pocas horas de amar tu cuerpo y tu bici a odiarla con todo tu alma y plantearte pasar al ajedrez. Poco antes de terminar la etapa, la lucha por seguir encima de la bici, evitar calambres y que te adelante el menor numero de gente posible (ya no solo por el puesto, sino porque significa que estas perdiendo facultades, jejeje) y el momento culminante, los últimos 10km, que no se sabe como, el cuerpo saca esa reserva y da pedales sin compasión para llegar a meta, con una sonrisa y una satisfacción que no entra en el pecho.
Solo por esto, por la sensación de satisfacción, emoción, liberación y alegría, compartir la experiencia en la llegada a meta con tus amistades de siempre y las que haces en el recorrido, solo por esto, ya merece la pena venir una vez en la vida.
Maialen Larrinaga - Corredora del BZ Team
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Vídeo resumen de la prueba