La primera etapa de montaña del Tour 2012 ha finalizado con una llegada inédita a la Planche des Belles Filles. La ascensión final ha brindado a los favoritos del Tour la oportunidad de librar una primera batalla de alto nivel. En menos de seis kilómetros, se ha producido una criba radical entre los mejores escaladores del pelotón. En la cumbre, el equipo Sky ha confirmado su superioridad. Autoritarios durante toda la subida, los compañeros de filas de Bradley Wiggins han cumplido con creces su misión, superando toda expectativa. Chris Froome ha sabido aplacar con gran destreza el ataque de Cadel Evans, respondiendo con un acelerón final que le ha permitido conquistar su primera etapa en la ronda gala. Mientras tanto, su líder Bradley Wiggins se ha enfundado el primer maillot amarillo de su carrera.
Gautier encuentra el hueco
En los primeros kilómetros de la etapa se desmarcaba un grupo integrado por 19 corredores, 3 de ellos del equipo Astana. En vista de la amplitud del movimiento, el pelotón reaccionaba. Un poco más adelante, a iniciativa de Cyril Gautier (EUC), se creaba una nueva fuga en el km 15 integrada también por Christophe Riblon (ALM), Luis-León Sánchez (RAB), Chris-Anker Sorensen (STB), Dimitriy Fofonov (AST), Martin Velits (OPQ) y Michael Albasini (OGE). En el pelotón, los compañeros de equipo de Fabian Cancellara, conscientes de que muy probablemente cederían hoy el maillot amarillo, han dejado la responsabilidad del control de la escapada a los hombres del Sky y BMC.
Sorensen, candidato al maillot de lunares
Los fugados lograban una renta máxima de 5 55 a la altura del kilómetro 76. El pelotón, mientras, miraba atentamente al cronómetro y aceleraba por primera vez en la aproximación al sprint intermedio de Gérardmer, donde Peter Sagan ha vuelto a hacer de las suyas, arañando los 8 puntos que premiaban la 8ª posición tras el paso del grupo cabecero. En la batalla por los lunares, Chris-Anker Sorensen ganaba posiciones al coronar en primera posición el puerto de la Grosse Pierre y de Mont de Fourche. Sin embargo, habría que esperar a la Planche des Belles Filles para repartir el botín de los 20 puntos que bautizaría al nuevo maillot de lunares…
Garmin y Lotto-Belisol, manos a la obra
El pelotón, que se acercaba peligrosamente a los fugados gracias al impulso de los hombres del Sky, BMC y Katusha, aceleraba después gracias al apoyo de los corredores del Garmin y del Lotto-Belisol. A falta de 20 kilómetros para la meta, los siete atacantes ya solo contaban con 1 45” de ventaja. La situación se volvía crítica antes de encarar la ascensión final, con apenas 1 de ventaja sobre el pelotón cuando faltaban 12 km para la meta.
Froome da la réplica a Evans
La mala suerte se cebaba poco después con Jurgen Van den Broeck, que se veía obligado a aminorar la marcha debido a un problema con el cambio (a 12 km de la meta), y Alejandro Valverde, que se descolgaba en el peor momento (8 km) del pelotón como consecuencia de un pinchazo. En la ascensión a la Planche des Belles Filles, los dos últimos escapados, Sorensen y Albasini, eran neutralizados a 5 km de la meta por un pelotón cada vez más menguante como consecuencia del dominio impuesto por los hombres del Sky. A falta de 4 km para la llegada, sólo quedaban 9 corredores en la cabeza de la carrera: Wiggins, Porte, Froome (SKY), Evans (BMC), Nibali (LIQ), Menchov (KAT), Zubeldia (RNT), Rolland (EUC) y Taaramae (COF). Sin embargo, Rolland, Menchov y Zubeldia cedían al poco de cruzar la bandera roja. Cadel Evans, por su parte, lanzaba una breve ofensiva en un tramo muy corto de descenso, sin lograr pese a ello distanciarse de sus rivales. A continuación, llegaba la réplica de Chris Froome, obligado a emplear sus últimas fuerzas en el momento más duro de la subida. El británico se hacía así con su primera victoria en un Tour de Francia, mientras que su compañero y compatriota Bradley Wiggins conquistaba el ansiado maillot amarillo
