Carlos Rodríguez, a sus 21 años, es el nuevo campeón de España en línea dejando un poso de ciclista de talento infinito. Frente a Juan Ayuso y Roger Adriá, que forman parte del prometedor futuro del ciclismo española junto al de Almuñecar, y batiendo a ciclista de primer nivel World Tour, como Jesús Herrada o Alex Aranburu, Rodríguez ha completado una actuación estelar que le ha llevado a presentarse en solitario en la meta de Palma de Mallorca para ganarse el derecho a vestir durante los próximos 365 días el maillot de campeón nacional. En el podio, le han acompañado Jesús Herrada, que ha sido segundo, y Alex Aranburu, que ha entrado en tercera posición.
“Es todo un sueño conseguir este maillot. Lo he luchado mucho desde categorías inferiores, he trabajado mucho este año, me he sacrificado mucho y poder obtener este resultado es algo muy bonito. Me ilusiona mucho poder llevar este maillot durante todo un año. Creo que es un sueño para cualquier corredor español”, ha explicado el corredor del Ineos, visiblemente emocionado, tras colgarse el oro.
El trazado que ha planteado la prueba en línea Élite UCI-Élite para determinar el título nacional ha resultado espectacular y ha propiciado una carrera con multitud de alternativas gracias a un circuito final en torno a la ciudad de Palma que incluía cuatro ascensos al Coll de Sa Creu. A las 9:00 h, se ha dado la salida desde Cala Millor y en un nacional en el que los jóvenes ciclistas de nuestro pelotón han sido los grandes protagonistas, Iván Romeo, a sus 18 años, ha decidido sumarse a la fiesta. Junto a Marc Brustenga y Joan Martí Bennassar, el ciclista vallisoletano ha sido participe de la fuga del día, que ha completado en cabeza los 98 km iniciales que han conducido hasta el circuito de Palma. Ya en la primera ascensión al Coll de Sa Creu, Romeo ha demostrado tener una marcha más que el corredor del Trek-Segafredo y el de la Fundación Manuela y ha soltado a ambos para establecerse al frente en solitario.
A 60 km de meta, el corredor del Hagens Bermans-Axeon ha sido neutralizado tras un movimiento de Óscar Sevilla, Jorge Arcas y Mikel Nieve, que tampoco ha prosperado. El instante que ha comenzado a definir el desenlace final de la carrera se ha producido a menos de 40 km, cuando se encaraba la penúltima ascensión al Coll de Sa Creu. En sus rampas, y tras una importante aceleración, han quedado en un primer grupo cabecero cinco de los grandes favoritos: Jesús Herrada, Roger Adriá, Juan Ayuso, Alex Aranburu y Carlos Rodríguez. Por detrás, han emergido varios corredores tratando de contactar, con cuatro ciclistas del Caja Rural-Seguros RGA entre ellos, que han sido claves para que cumplieran su misión.
Sergio Martín, Joel Nicolau, Alejandro Ropero, Ander Okamika o Antonio Pedrero, entre otros, han logrado integrarse en la cabeza de carrera junto a Adriá, Ayuso, Aranburu, Rodríguez y Herrada ya dentro del último giro, pero las rampas de Sa Creu han vuelto a destapar las fuerzas de cada uno de ellos. El ciclista del Ineos se ha distanciado junto a Herrada y Aranburu y ya en el tramo final de la escalada ha imprimido un punto más de velocidad a la bici para colocarse en posición de ganar el Campeonato de España en solitario.
Carlos Rodríguez ha coronado con 10 segundos de ventaja y, demostrando una vez más una gran habilidad bajando, ha ido ampliando su renta poco a poco hasta dejar sin opción alguna a Herrada y Aranburu, que han tenido que conformarse con la pelea por la plata.
Con tiempo para celebrarlo durante toda la recta de meta y fundiéndose con su madre en un emotivo abrazo nada más cruzar la meta, Carlos Rodríguez ha festejado un triunfo que, según nos contaba él mismo, sabía que tenía que conseguir llegando sin compañía. “Imaginábamos que la carrera estaría abierta y siendo solo dos corredores en Ineos teníamos que estar pendientes de que no se nos fuera nadie importante. A falta de dos vueltas he visto que era un buen momento y he acelerado y nos hemos ido cinco corredores. En la última subida, sabía que tenía que darlo todo para intentar conseguir esta victoria porque si llegábamos al sprint iba a ser difícil, no solo por la punta de velocidad, si no que podía ser una lotería por la colocación. Por suerte, me ha salido la apuesta y he podido disfrutar celebrándolo con el equipo”.