Se abre la veda. El Tour de Francia puso a prueba, con la ascensión hasta Planche des Belles Filles, al amplio ramillete de aspirantes a ocupar el lugar destinado a Chris Froome en el cuadro de honor. En total, serán siete las etapas, cinco con finales en el alto, que definirán al nuevo ganador de la ‘Grande Boucle’.
Un Tour abierto y sin un favorito claro. Así podríamos catalogar a la edición en curso de la ronda gala. La carrera de las carreras se quedó huérfana de su máximo icono actual, uno que pretendía ascender al Olimpo junto a Miguel Indurain y el resto de ganadores en cinco ocasiones. El infortunio del británico ha alterado las expectativas sobre este Tour, en el que la lista de corredores para enfundarse el maillot amarillo, en las quinielas previas, es más larga de lo habitual en las casas con mejores apuestas. La misma línea siguen los análisis periodísticos de los medios especializados. Por ejemplo, una infografía del diario As incluye hasta once corredores con opciones, empezando por Geraint Thomas, campeón en 2018, y único ganador de todos ellos junto a Vincenzo Nibali (2014). En definitiva, hay debate.
Será la carretera la que ponga a cada uno en su sitio. La serpiente multicolor empezó a pedalear el pasado 6 de julio, pero las etapas que marcarán las diferentes aún están por llegar. La organización ha catalogado siete de montaña, de las cuales cinco concluirán en alto. La primera de este perfil será la sexta, la que une a lo largo de 160,5 kilómetros Mulhouse con La Planche des Belles Filles y que consta de siete puertos de montaña. De estos, tres son de primera categoría.
INEOS y Movistar deberán marcar el ritmo
La sexta etapa será, en cualquier caso, un aperitivo con lo que se avecina. El Tour se definirá, de hecho, en cuatro jornadas: la 14, la 15, la 19 y la 20. Como la sexta, todas están diseñadas para escaladores. En orden cronológico, aguarda la conquista del Tourmalet en la decimocuarta, Foix Prat d’ Albis en la decimoquinta, Tignes en la decimonovena y Val Thornes en la vigésima. A excepción de Tignes, el resto de montañas ostentan el distintivo de categoría especial y eso da a entender la dureza de las subidas que los ciclistas deberán encarar.
Sin Froome en el cartel, el ritmo del pelotón seguirá al son que marque el INEOS. La diferencia es que el equipo del tetracampeón moverá la carrera para su segundo de a bordo, Thomas, y lo hará con ayuda del Movistar Team. Los de Eusebio Unzué perdieron demasiado tiempo en la contrarreloj por equipos, por lo que deberán poner las cartas sobre la mesa y demostrar que están capacitados como bloque para llevar a Nairo Quintana o a Mikel Landa hasta la victoria en París. El colombiano está más obligado que ninguno otro aspirante a arañar segundos en la montaña, ya que sus carencias contra el crono son más que conocidas; y entre finales en alto, hay fijada una contrarreloj de 27,2 kilómetros el próximo 19 de julio, es decir, un día antes de encarar el siempre temido Tourmalet.
Resumiendo, todo está muy abierto en un Tour que estaba preparado para homenajear a Froome. La montaña será decisiva y marcará el futuro de los hasta 11 candidatos a vestirse de amarillo en la capital gala.
foto: "Geraint Thomas, Tour de France 2018 Winn" (CC BY 2.0) by wuestenigel