Reproducimos el comunicado de conbici acerca de los últimos movimientos de la DGT acerca de los ciclistas.
Ante los reiterados “globos sonda” procedentes de la Dirección General de Tràfico, que se refieren a la posibilidad de imponer la obligatoriedad del casco en ciudad, la necesidad de pasar un examen previo para poder usar la bicicleta, el establecimiento de un seguro obligatorio, de una placa de matrícula para las bicicletas, y la eventual restricción a la circulación de bicicletas determinadas vías, ConBici, coordinadora de organizaciones ciclistas que agrupa a casi 60 de ellas en el pais, con miles de socios, desea manifestar lo siguiente:
Primero: El procedimiento seguido por la DGT para hacer públicas sus pretensiones demuestra una ausencia de buena fe hacia las organizaciones representativas de los intereses sociales, toda vez que se han mantenido reuniones previas con éstas sin que se les diera noticia de lo posteriormente anunciado. Sin embargo, se ha optado por acudir a los medios de comunicación para ese fin. Tal actitud constituye un desprecio hacia las personas implicadas y una forma de crear confusión entre la ciudadanía. Todo parece indicar que lo que se pretende es, efectivamente, presentar a la bicicleta y a las personas que la usan como un problema que resolver ,cuando el problema lo crea el tráfico a motor. Se está utilizando a los medios para difundir ideas falsas como forma de justificar medidas injustas.
Segundo: La DGT está presentando las nuevas normas como de protección del tráfico en bici, cuando lo que se va sabiendo va justamente en la línea contraria: arrinconar al tráfico en bici para proteger la dictadura vial que ejercen los vehículos privados a motor, en detrimento de la salud, la calidad de vida ciudadana y la seguridad de las personas.
Tercero: Es inaceptable que se pretenda adoptar medidas basadas en nada. No hay datos que sustenten la necesidad de ninguna de las restricciones de las que se está hablando.Ninguno de los problemas del tráfico en bicicleta está causado por las mismas: no hay índices significativos de personas atropelladas por bicicletas, ni de accidentes serios causados por éstas; tampoco lo hay de lesiones craneales ni de casos de responsabilidad civil inatendida... exigimos que toda medida que se tome esté respaldada por datos objetivos que la justifiquen. Si no los hay, consideraremos la medida como de sesgo ideológico o interés espurio. En una sociedad democrática, no puede concebirse que se dicten normas sin motivar previamente la idoneidad de las medidas que se pretende adoptar.
Cuarto: Las medidas anunciadas supondrían un durísimo golpe a la naciente industria del cicloturismo, que tiene un potencial inmenso, convirtiendo al España en un verdadero gueto para la bicicleta en toda Europa. Además, son absurdas e inaplicables: ¿Cabe imaginar seriamente como se llevarían a la práctica algunas de las medidas? ¿Se establecerían controles en aeropuertos y fronteras para controlar el flujo de cicloturistas foráneos , que quedarían en la ilegalidad nada más pisar nuestro territorio?
Quinto: Todos los países de nuestro entorno han comprendido la necesidad de promover al máximo el uso de la bicicleta, por razones económicas, de salud pública, medioambientales y de calidad de vida en las ciudades. Así, están adoptando medidas fiscales, de infraestructuras, y de facilitar el uso cotidiano de la bicicleta, confiriéndole la consideración de vehículo preferente. El Estado Español no puede convertirse en la excepción a escala europea, imponiendo trabas al uso de la bicicleta inexistentes en los países de nuestro entorno. A este respecto, nuestras organizaciones homónimas en Europa nos han expresado ya su gran preocupación, malestar y apoyo incondicional ante la posibilidad de que las medidas referidas pudieran llevarse a término.
Por todo ello, exigimos de la DGT seriedad y respeto hacia la colectividad ciclista: que haga público ya el borrador de reforma del reglamento de circulación, que, como es propio de un estado democrático lo someta al debate de las organizaciones sociales, y, sobre todo, que elimine del texto cualquier referencia a las modificaciones citadas.
Nuestra oposición, desde el convencimiento de lo inadecuado, inmotivado y erróneo de las propuestas, será permanente y absoluta hasta su definitiva eliminación.