Noticia de ciclismo publicada el a las 02:28h
en la sección de MTB
La Copa del Mundo de Mountain Bike, que se presentó ayer en el Centro Social Caixanova, demuestra la capacidad de Vigo y Galicia para organizar eventos deportivos de primer nivel
El Centro Social Caixanova acogió ayer por la tarde la presentación oficial de la primera prueba de la Copa del Mundo de Mountain Bike en sus modalidades de Descenso y Four Cross, que por segundo año consecutivo se celebrará en Vigo, puesto que desde mañana mismo los montes de Fragoselo (Coruxo) acogerán a la elite mundial de las Bicicletas Todo Terreno. En el acto estuvieron presentes, entre otras autoridades, el secretario xeral para o Deporte, Santiago Domínguez, la concejala de Deportes de Vigo, Lucía Molares, Jorge Santos, representante de Caixanova, Serge Robinchon, representante de la Unión Ciclista Internacional y presidente del Comité de Árbitros, y Marta Alfageme, máxima responsable de la organización de este evento.
Como una muestra de lo que supone la Copa del Mundo, “una competición que la propia alcaldesa Corina Porro equiparó en importancia a la Volvo Ocean Race”, Marta Alfageme destacó “la dificultad de encontrar plazas hoteleras estos días en Vigo, algo que nos llena de orgullo”.
En ese mismo sentido, el alma mater de esta prestigiosa prueba, subrayó “el éxito que supone que finalmente se pueda llevar a cabo tras superar muchas dificultades” y apuntó que “el objetivo debe ser colocar a Vigo durante muchos años más en el panorama mundial”.
Una opinión compartida por Lucía Molares. “Nos ha costado llegar a este momento, para lo cual hemos tenido que solucionar problemas burocráticos y de consenso social, pero estamos aquí, presentando la Copa del Mundo de Mountain Bike, una prueba muy vistosa”, insistió la concejala de Deportes de Vigo, para quien es muy importante que el circuito se mantenga en Fragoselo porque “si no fuera en Coruxo, no sería lo mismo. Se trata de una prueba deportiva, pero que no se puede entender fuera de ese maravilloso marco. Así ofrecemos no sólo un gran evento sino también una gran imagen de la ciudad”.
Además, Molares incidió en la buena acogida que los mejores pilotos del mundo han brindado al circuito vigués, lo que ha supuesto que la inscripción aumentase en un treinta por ciento. Y, por último, alabó la capacidad organizativa de la ciudad, puesto que “cada vez hay más eventos de carácter internacional en Vigo” y agradeció la colaboración de la Comunidad de Montes de Coruxo para que la Copa del Mundo pueda realizarse.
Los elogios llegaron por parte del representante de la Unión Ciclista Internacional, Serge Robinchon. “La UCI pensó en volver a Vigo porque en la pasada edición la prueba contó con una organización ejemplar, los mejores corredores y numeroso público”, explicó antes de alabar las excelencias naturales de Fragoselo. “Tiene la suerte de contar con una pista en la montaña, justo al lado de la ciudad y del mar. Eso es excelente”, afirmó Robinchon, por segunda vez en Vigo, donde asegura estar “muy contento”.
Jorge Santos, representante de Caixanova, uno de los patrocinadores del evento, considera que el hecho de que se vuelva a disputar en Coruxo la Copa del Mundo “es un premio a la constancia” y aventura que “en la decisión de la UCI seguro que algo tuvo que ver la buena organización y la masiva afluencia de público de la pasada edición”. Además, destacó también el “orgullo que supone saber que en nuestro pueblo se pueden organizar eventos de primer nivel igual o mejor que en cualquier otro sitio del mundo”.
Santiago Domínguez, por su parte, puntualizó que “esta competición se celebra en un entorno precioso, envidiable, pero para que siga así todos debemos hacer un esfuerzo, Ninguna prueba deportiva debe ser incompatible con la preservación del entorno y de la naturaleza”.
El director xeral para o Deporte comentó también el escaparate que la Copa del Mundo supone para Galicia y no sólo para Vigo a la hora de “reivindicar que sabemos hacer las cosas y que apostamos por el deporte”.
Más medios
Para intentar evitar los problemas surgidos en la pasada edición ante la afluencia masiva de público, desbordando con creces las previsiones más optimistas de la organización hasta superar los 40.000, este año, gracias a la experiencia adquirida, se tomarán una serie de medidas preventivas. De este modo, en esta ocasión una red naranja servirá de separación entre los espectadores y el circuito, aumentando la seguridad tanto del público como de los propios participantes. Además, también habrá más medios humanos. De los 18 comisarios del año pasado se pasa ahora a 28, contando con 60 voluntarios en esta ocasión por los 25 del pasado año.
Eso sí, el factor más importante seguirá siendo la colaboración de los espectadores y, aunque continuará habiendo aparcamientos en fincas cedidas por los propios vecinos de Coruxo, la recomendación de los organizadores es dejar el coche en las zonas habilitadas al lado de la iglesia y subir andando hasta el circuito.
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