La primera crónica de Andalucía Bike Race fue un tanto formal y aburrida, había patrocinadores serios etiquetados y no quería hacer el ridículo. Pero prometo que esta segunda parte os hará sonreír. Anteriormente criticaba algunos aspectos de las etapas de Jaén, Andujar y Priego (puedes leerlo pinchando aquí). Pero reconozco que las últimas jornadas en Córdoba han sido maravillosas. De repente estamos en el paraíso, la ciudad de Córdoba tiene su propio microclima tropical con más humedad y vegetación, por momentos me recuerda a mis viajes por Brasil. Los recorridos son más llevaderos y los kilómetros pasan de una manera entretenida. Senderos en forma de toboganes divertidos. Técnicamente no tiene grandes trampas, pero tienes una constate sensación fluidez en la conducción. Ojalá se hubieran celebrado aquí en Córdoba todas las etapas.
Mucha tensión en las salidas neutralizadas por las avenidas y rotondas de la ciudad. Cada frenazo es un susto. Yo lo disfruto mucho porque de joven fui bicimensajero, saltar aceras esquivando peatones era mi trabajo. También soy un magnífico chuparuedas, así que aprovecho los primeros kilómetros llanos para codearme con excampeones del mundo y otros corredores olímpicos. La mayoría de mis rivales andan el triple que yo, únicamente aguanto a base de veteranía y habilidad. Es increíble el derroche de watios que tiene la peña, pero también es cierto que me ha sorprendido el bajo nivel técnico que hay en general. Incluso profesionales que no saben subir un escalón con destreza. También hay muchos corredores torpes que llevan meses preparando esta carrera. Están en plena forma, pero por su pedaleo brusco e incontrolado reconozco que no son buenos bikers. ¡¡Santo cielo si a esta gente la meten en una HardBike o una IsardAtac, les tendrían que rescatar en helicóptero!!
No pasa nada por hacer unas comparaciones. Andalucía Bike Race también tiene a sus hermanas pequeñas de Cataluña, La Rioja y Asturias. Son magnificas carreras, pero no me sirven de ejemplo porque son de la misma empresa. Así que por nivel deportivo y organizativo, solo hay otras dos pruebas nacionales que se acerquen al gigante de Octagon. La Volcat y la Mediterranean Epic. La Volcat es la más antigua y tradicional. Salir y llegar todos los días del mismo sitio es aburrido, pero las sendas de la Volcat siguen siendo las mejores. En cambio la Mediterranean Epic tiene con diferencia la puesta en escena más espectacular de todas, cada salida y llegada es como un subidon en la discoteca, pero su crecimiento esta frenado por unos recorridos tremendamente exigentes. También esta la TransPyr, una magnifica semana de aventura y orientación, pero le falta la adrenalina de la competición. La gente quiere preparados-listos-ya, la gente quiere salir esprintando con los ojos abiertos y las venas hinchadas. Así que la única prueba por etapas de 6 días y con máxima categoría UCI sigue siendo la Andalucía BikeRace. Solo hay otras dos o tres en el mundo con el mismo prestigio. Y con esto quedan respondidas las preguntas formuladas en mi primera crónica sobre la magnitud del evento.
Hace tiempo que mi nivel físico ha bajado en picado, y en cuanto me despisto se me acercan las primeras féminas. Cuando pasa esto, suelo poner pies en polvorosa como si me persiguiese la peste, pero esta vez me he dejado caer un par de días para ver el sorprendente nivel femenino.
Claudia Galicia ha dado un salto de calidad enorme, pero a nivel psicológico aún debe esforzarse un poco más. En mitad de la 4ª etapa me la encuentro sentada en el suelo llorando tras sufrir una caída. Junto a ella hay cuatro hombres sujetando la espectacular Megamo blanca, intentan con muy poca maña desenredar la cadenilla de entre los radios, uno dice que se le ha estropeado la funda del cable, pero son simples espectadores que no saben que ahora los cambios son inalámbricos. No voy a entrar en detalles porque está prohibido recibir ayuda externa, solo os contaré que proyecté con mi mente los poderes mecánico-mágicos y en tres segundos hice que Claudia se subiera de nuevo a su montura. Después me entero que se ha roto una falange de la mano derecha y abandona la carrera portando el maillot de líder. Sin Claudia al frente de la clasificación, nuestra esperanza es Natalia Fischer defendiéndose dignamente en 10º posición. A pesar de su apellido, Natalia es latina de sangre caliente, tan pronto patalea y llora como te da un abrazo y se ríe. Sin embargo Katazina Sosna es como ctborg frío fabricado en Letonia. Sé que no es un robot porque tiene las rodillas ensangrentadas y varios hematomas en los muslos. Una fuerte caída la ha retrasado hasta la cuarta plaza, pero la tía no gesticula ni con el maillot hecho trizas. En tercera posición está la sudafricana Mariske Strauss. Esta chica de mofletes sonrosados, llega todos los días un par de minutos detrás de mí. Me llama la atención como devora plátanos en el avituallamiento final, yo la espío desde el grifo de la cerveza. La segunda clasificada es hawaina, es rubia, es guapa, muy pequeñita, y se llama Janika Loiv. Y no se me puede olvidar hacerme un selfie con ella la próxima vez que venga a competir a España. La gran vencedora ha sido Eva Lechner, una corredora muy técnica y habilidosa. De hecho, en una bajada intenté adelantarla, pero ella me lanzó una mirada con ojos rojos tipo Terminator-Woman, me acojoné bastante y tuve que quedarme detrás observando sus esbeltos movimientos.
Por cierto, me parece un enorme acierto que se tome en serio la nueva categoría de master-féminas. Si los hombres adultos siguen sufriendo orgasmos cuando suben al podium, las mujeres no pueden ser menos. Muchas mamás se han animado a competir gracias a esta categoría. Ahora solo falta que los grandes organizadores pongan servicio de guardería infantil para que padres y madres puedan correr. Y lo digo muy en serio, no me hace gracia que os riáis al respecto. No os imagináis cuantos niños deportistas saldrían con este método.
Últimamente el ciclismo femenino vende más que el masculino. De hecho no sé ni quién ganó en hombres. Los 8 primeros puestos fueros extranjeros con apellidos impronunciables. Los mejores españoles fueron los veteranos Ismael Esteban e Iván Díaz. El cántabro de BH aún sueña por las noches con ir a las Olimpiadas. Sueños demasiado húmedos, pienso yo... En cambio, el pobre Iván no tiene tiempo ni para echar la siesta, entrena a los mediodías porque trabaja a jornada partida en su propia tienda de bicicletas Cult Bikes ubicada en Valencia.
El protocolo de salida, el marcaje, los avituallamientos, las llegadas, las clasificaciones y todos los aspectos organizativos de la prueba son de un nivel excelente. Pero en Andalucía tienen una gran asignatura pendiente. Otra vez el problema de los envoltorios de geles y barritas. Sin duda alguna es la prueba donde más basura he visto tirada por el recorrido. Y eso que yo he hecho un magnifico puesto 50º elite, así que no quiero ni pensar lo que habrá después de otros 600 corredores. Ya sé que después la organización lo recoge todo, pero yo no quiero seguir formando parte de esta manada de caraduras. Así que desde ya, renuncio a que me patrocine ninguna marca de alimentación deportiva y juro que a partir de ahora me alimentaré a base de higos y bananas. Espero poder ver algún día, el momento en que algún organizador fuerte ponga una demanda judicial a nivel internacional contra las grandes multinacionales, por poner a la venta sus productos a este tipo de gente. Porque desde luego a los ciclistas no nos van ha hacer cambiar nunca, somos demasiado obtusos.
Sorteo mochila ABR2020
Pero terminemos la crónica con una sonrisa. Andalucía Bike Race es una gran prueba, y su inscripción valorada en cientos de euros está totalmente justificada. Además, junto con la bolsa de la inscripción viene una sofisticada mochila con varios detalles dentro de regalo. Y estar atentos a mi perfil de Facebook (Joseba Leon), porque regalé a uno de mis lectores la susodicha mochila, con la camiseta oficial de la prueba de la marca Endura, un colorido Maillot Pearl Izumi modelo Andalucía (Talla M), y varios obsequios mas…
Crónica de Joseba León, corredor del BZ Team.