No entiendo porque se apuntan miles de borregos a monegradas, sopladas y otras jamonadas, y en cambio somos tan pocos aventureros en pruebas genuinas como la Mitic Bike. La Mitic son 3 etapas en línea desde la costa valenciana hasta zonas remotas del sur de Teruel, con el mítico pico Javalambre (2.020 mtrs.) como emblema, y además con prácticamente todo incluido a un precio bastante reducido. Pero son 3 jornadas con un alto grado de aventura. De todas las pruebas en las que he participado, tal vez sea la carrera más loca y desmadrada, lo más parecido a correr un Camel Trophy o un Dakar en bici.
Guiarte con tu gps y un balizaje de escasa densidad hace que vivas los kilómetros con más intensidad. El track parece estar dibujado a mano alzada y hay que saber interpretar bien el camino. La mayor parte son pistas fáciles, pero por momentos te aturden con zonas de extrema orientación. Te puedes encontrar zonas de campo a través, sendas de jabalís, o bosques cerrados sin camino alguno. A veces hay que abrirse paso entre la vegetación arrastrando la bici como puedas. También zonas urbanas con tráfico abierto y lugareños atónitos al ver ciclistas llenos de polvo y tierra. Son momentos caóticos que pueden fastidiar mucho a un caballo de carreras, pero que a un burro de carga como yo le hacen muy feliz.
La Mitic Bike no es la competición más glamurosa, no hay muchos lujos, más bien es un viaje de aventuras. A mí no me importó dormir sobre colchones de espuma en la biblioteca de Alcublas, transportar mi pesado petate de vagabundo hasta el camping de Manzanera, o comer sabroso pescado crudo sentado en un bordillo de Alboraya.
Entrañables son las cenas y desayunos, lo mas parecido a una comuna hippie. El organizador se mezcla entre nosotros. Apolo ha dado varias vueltas al mundo y me recuerda al típico “profesor chiflado” pero en versión aventurero. Experimenta con distintas formulas en las pruebas que organiza y tiene una gran capacidad de improvisación para resolver cualquier problema. Si es necesario retrasará la salida para que estén todos los participantes listos o irá a rescatarte personalmente al monte para que llegues pronto a meta. La Mitic Bike tiene detalles originales como un rapero que motiva la salida, la tamborrada de meta, o un cocinero que te ofrece mojitos y torrijas en mitad de ruta. Pero sin duda lo mas espectacular es el paso neutralizado por la mismísima Ciudad de las Artes y Ciencias con la policía escoltándonos por las principales avenidas de Valencia.
Nunca voy a olvidar el momento en que absolutamente todo el pelotón se desvía al sur por culpa de un local que erróneamente creía conocer un atajo, y yo tomo la difícil decisión de irme al norte en solitario en busca del track. En ese momento no se si voy primero o ultimo. Mayor tensión imposible. Finalmente consigo una ventaja que mantengo hasta la meta del ultimo día situada en una playa mediterránea. Intento convencer a mis rivales para que se esfuercen en el sprint, no quiero ganar una vuelta en la que llegamos juntos de la mano. Pero en los últimos metros hay que cruzar la arena esquivando bañistas bronceados y tías en topless. Un niño chilla porque le hemos roto su castillo de arena, esquivo un balón hinchable, y finalmente entramos en meta muriéndonos de risa y con las bicis a rastras.
Un absurdo baño de gloria y champan recibimos en lo alto del pódium tanto yo como la simpática Mari J. Maroto. Dos campeones sin apenas rivales. Casi me da hasta vergüenza, esta superprueba debería ganarla alguien más digno que yo. Por eso, para el año que viene yo mismo me comprometo a llamar a todos los que se consideren aventureros, que no se pueden perder una prueba tan genuina como la Mitic Bike. Pero hasta entonces yo ya puedo tocarme los huevos el resto de temporada presumiendo de mi victoria.
Crónica de Joseba León, corredor del BZ Team y ganador de la Mitic Bike 2019
Gracias a los patrocinadores del BZ Team: Faster Wear, Jaime Llorente, Navali, Luck, Eubottle, Rifyl, Suomy y NRC.
