Jonathan Milan duplicó su cuenta de victorias al adjudicarse la Etapa 11 del Giro de Italia. Por casualidad, la victoria de la segunda etapa coincide con el lanzamiento del nuevo grupo SRAM RED AXS, que Lidl-Trek ha estado aprovechando a lo largo de este Giro de Italia.
Aunque Milán fue el primero en cruzar la meta, el camino para ganar la etapa comenzó horas antes, cuando Amanuel Ghebreigzabhier se puso a trabajar al frente del pelotón, recorriendo kilómetro tras kilómetro para asegurar que la etapa terminara al sprint. Jonny contó con todo el apoyo y la confianza del equipo Lidl-Trek, que cree que el velocista italiano es el más rápido de la carrera. El tren Lidl-Trek llevó al gigante Ciclamino al frente y a salvo de problemas, mientras la tensión y la velocidad aumentaban en la parte final de la etapa.
A cuatro kilómetros del final, el pelotón tuvo que sortear una complicada curva a derechas con mobiliario de carretera, pero pasó sin problemas mientras Jonny mantenía una buena posición. Mientras los trenes rivales luchaban por posicionarse al otro lado de la carretera, Milán se separó de su líder, pero mantuvo la calma y se enganchó a la rueda trasera de Tim Merlier. Jonny pudo salir del rebufo, ponerse al lado de Merlier y adelantarlo suavemente a tiempo para levantar las manos y conseguir su segunda victoria de este Giro.
Al ganar la etapa, el Milan amplía su ventaja en la competición por puntos a 73 puntos.
La reacción de Jonny: “Sabes, no son sólo estos 20 segundos del sprint lo que me hace feliz, o la victoria al final. Es todo el trabajo que mis muchachos hicieron por mí hoy, apoyándome, llevándome a la posición crucial para el sprint, esto es lo que me hace feliz, hace que sea un momento real como somos. Creo que hoy es simplemente increíble lo que los muchachos hicieron por mí, como siempre creen en mí y tengo que agradecerles desde el fondo de mi corazón por esto. Estoy muy feliz de ver esto y sus caras felices. Tras la meta los busqué uno a uno para agradecerles porque fueron excepcionales.
“Siempre es complicado en la final cómo predecirla y cómo moverse. Al final me encontré en la rueda de Merlier, creo que era la rueda perfecta. Él empezó su sprint muy fuerte pero luego hice el mío y todo salió bien. Fue un sprint súper rápido, especialmente porque tengo la moto más rápida, además de neumáticos y grupo nuevos y veloces. Es realmente especial, el año pasado siempre estuve cerca pero cometí algunos errores. Creo que lo más importante es aprender de estos errores y ir más allá. Lo logramos con el equipo y estoy orgulloso de ello.
Carrera tras carrera, crecí, mejoré. He aprendido a gestionar mis esfuerzos y a soportar mejor los esfuerzos que el Giro impone día tras día. Del año pasado a este entonces hubo un cambio de maillot que me llevó a tener más corredores para ayudarme en los sprints. Pilotos fuertes, experimentados, capaces, como hoy, de ponerme en las condiciones perfectas para ganar.