- El ciclista del Movistar es, junto a Richeze, el otro argentino que corre en el World Tour y fue, tras Juan José Haedo y Maximiliano, el tercer argentino en disputar la ‘Grande Boucle’
- “Que haya un evento de este nivel en mi país hace que salgan muchos equipos continentales y se profesionalice y progrese el ciclismo argentino”
- “Pese a la motivación por correr en casa, sé que los objetivos de los equipos europeos están más adelante y hay que dosificar las fuerzas y tomárselo con calma”
- “Los sudamericanos tenemos la suerte de que estamos en verano, por lo que podemos rodar en buenas condiciones, pero cuando yo empezaba a sumar kilómetros en noviembre, mis compatriotas ya estaban compitiendo”
Además de Maximiliano Richeze, Argentina tiene otro corredor en el World Tour. Se trata de Eduardo Sepúlveda, quien tras varios años en el pelotón francés –en Bretagne y Fortuneo- se dispone en 2020 a cumplir su tercera temporada en el Movistar español.
Hijo de un antiguo ciclista amateur, Eduardo se formó en el Centro Mundial de Ciclismo que la UCI tiene en Aigle (Suiza), aunque creció dando pedales en solitario porque en Chubut, en La Patagonia, su provincia de nacimiento y a la que tanta gente de medio mundo se traslada para ver ballenas y pingüinos, aparte de su padre apenas nadie conocía y practicaba el ciclismo, por lo que siendo juvenil tuvo que trasladarse a Buenos Aires para medirse con otros y aprender a rodar en pelotón.
Tras su paso por el centro de alto rendimiento de la UCI, donde perdió varios kilos de peso para pasar mejor las montañas, estuvo unos meses a prueba con el FDJ-Big Mat (2012) para firmar finalmente por el Bretagne-Séché (2013-2015) y, posteriormente, con el Fortuneo (2016-2017).
En 2015 se convirtió en el tercer argentino en disputar el Tour, tras Juan José Haedo y Maximiliano Richeze, pero como tantas veces la mala fortuna le jugó una mala pasada y fue expulsado de la carrera por un error de juvenil cuando era Top 20. Para entonces, sin embargo, ya había mostrado su calidad con infinidad de buenos puestos y grandes actuaciones y con la victoria en la Clásica Sud Ardèche. Poco después de ese incidente en la ‘Grande Boucle’, también ganó el Tour de Doubs y, en 2016, una etapa en el Tour de San Luis –Cerro El Amago-, en el que finalmente acabó segundo tras Dayer Quintana.
Su salto de categoría, al World Tour, era inevitable y lo hizo con el Movistar, en el que ha cambiado los galones por el buzo de trabajo porque ahora su labor es arropar a los líderes del equipo.
En la Vuelta a San Juan 2020, sin embargo, podría tener una oportunidad de lucirse en ausencia de los jefes de fila del conjunto español: Alejandro Valverde, Enric Mas y Marc Soler. “No hay mejor manera de empezar la temporada que hacerlo en casa y uno siempre tiene la ilusión de quedar bien clasificado, pero será la primera carrera después de varios meses de inactividad –su última prueba en 2019 fue el Campeonato del Mundo, a finales de septiembre- y nunca se sabe cómo va a responder el cuerpo”, explica.
Al argentino del Movistar le gustaría brillar en su país, pero sabe que no resultará fácil: “Pese a la motivación por correr en casa, sé que los objetivos de los equipos europeos están más adelante y hay que dosificar las fuerzas y tomárselo con calma. Los sudamericanos tenemos la suerte de que estamos en verano cuando los europeos sufren el invierno, por lo que podemos aprovechar las buenas condiciones para rodar, pero cuando en noviembre yo empezaba a sumar kilómetros después de las vacaciones, mis compatriotas ya estaban compitiendo”, lo que quiere decir que los sudamericanos –no todos- parten teóricamente en San Juan con un poco de ventaja.
Sepúlveda es un enamorado de la ronda sanjuanina y de sus incondicionales aficionados, que le han seguido y animado desde muy joven. “La Vuelta a San Juan es un motivo de orgullo para los argentinos y, ahora como ciclista profesional, es un honor poder participar en ella”, dice. “Que haya un evento de este nivel en mi país hace que salgan muchos equipos continentales y se profesionalice y progrese el ciclismo argentino. Así, no solo muchos jóvenes tienen la posibilidad de participar en San Juan, sino que gracias a eso consiguen luego invitaciones para otras carreras de Sudamérica”.
La Vuelta a San Juan, gracias a la internacionalidad que estrenó en 2017, se ha convertido en un escaparate inmejorable para las jóvenes promesas americanas. “Las fechas de la carrera son muy buenas y no solo permiten progresar y mostrarse al mundo a los jóvenes valores argentinos y sudamericanos en general, sino que gracias a la presencia de algunos de los mejores equipos y corredores del mundo, la Vuelta tiene muchísima visibilidad internacional”.
Bajo la dirección de José Luis Jaimerena, junto a Eduardo Sepúlveda defenderán los colores del equipo Movistar en San Juan el colombiano Carlos Betancur, el suizo Johan Jacobs, el portugués Nelson Oliveira y los españoles Iñigo Elósegui, una joven promesa que debuta en la máxima categoría, y el pistard Sebastián Mora, campeón del Mundo de scratch en 2016 y cuatro veces campeón de Europa en distintas modalidades del anillo.
Siempre con Jaimerena como técnico, al equipo español se le da bien Argentina: ganó el Tour de San Luis en 2014 (Nairo Quintana) y 2016 (Dayer Quintana) y, gracias a Winner Anacona, flamante vencedor en el Alto Colorado, también la última edición de la Vuelta a San Juan.