- Desde que la ronda argentina es internacional, los corredores que salen líderes de esta mágica montaña acaban ganando la prueba
- Bauke Mollema, Óscar Sevilla y Winner Anacona salieron líderes tras la etapa del Alto Colorado y después se llevaron la general final
- Es como el Alpe d’Huez del Tour de Francia, el Stelvio del Giro de Italia o el Angliru de la Vuelta a España
- Se trata de una ascensión de 14,4 km de longitud que, aunque sin grandes pendientes, salva un desnivel de 665 m para finalizar en la cota 2.565 m
- La contrarreloj individual, en 2020 sobre 15,2 km, es la otra etapa que marca el resultado final de la carrera
Desde que en 2017, después de 35 ediciones disputadas –nació en 1982-, la Vuelta a San Juan dio un salto de calidad, abrió sus fronteras y se hizo internacional, tanto los velocistas como los escaladores y contrarrelojistas han sacado un gran provecho a los recorridos. Porque si algo caracteriza a los trazados de la ronda argentina es el equilibrio y la oportunidad que sus etapas ofrecen a todo tipo de corredores.
Fernando Gaviria, así, lleva cinco triunfos parciales –dos en 2017, uno en 2018 y dos en 2019-, seguido de Maximiliano Richeze, quien en 2020 volverá a ser su lanzador en el UAE, con tres. Boonen, Nizzolo y Bennet son otros ilustres que han conseguido ganar en San Juan.
Ramunas Navadauskas, Ryan Mullen y Julian Alaphilippe han sido los ganadores de las cronos, mientras que en el Alto Colorado han dejado su sello Rui Costa, Óscar Sevilla –por descalificación de Gonzajo Najar- y Winner Anacona.
Siempre a dos días del final, del Alto Colorado salieron líderes Mollema, Sevilla y Anacona, lo que quiere decir que en esta subida se decide la carrera y que, por lo tanto, es el santo y seña de la Vuelta a San Juan. Es como el Alpe d’Huez del Tour de Francia, el Stelvio del Giro de Italia o el Angliru de la Vuelta a España.
Sin embargo, quienes aspiran al triunfo absoluto tienen que superar antes, y con buena nota, la contrarreloj individual, que en 2020 se disputará entre Ullum y el Dique de Punta Negra sobre 15,2 km. Como sucede en las más prestigiosas pruebas por etapas del calendario mundial, montaña y contrarreloj señalan al ganador, aunque ya se sabe que si bien en las demás etapas normalmente no se gana la carrera, se puede perder en cualquier momento.
Antecedentes
El Alto Colorado es un puerto de primera categoría y 14,4 km de ascensión que, aunque sin grandes rampas, salva un desnivel de 665 metros. La altitud y la sensación de falta de oxígeno por la menor presión atmosférica, puesto que la meta se encuentra a 2.565 m sobre el nivel del mar, suele pasar tanta o más factura que la propia ascensión, por lo que normalmente los corredores sudamericanos parten con un poco de ventaja al estar más acostumbrados –viven en altitud- y mejor aclimatados.
Esta montaña ha sido habitual escenario de la etapa reina de la Vuelta a San Juan y en sus rampas Laureano Rosas, Ricardo Escuela y Juan Pablo Dotti, entre otros, han medido muchas veces sus fuerzas cuando la carrera no era internacional. En 2017, cuando esta prueba estrenó su actual categoría, el vencedor fue Rui Costa, que aventajó en 3” a Rodolfo Torres, en 7” a Ricardo Escuela, en 10” a Sevilla y en 12” a Bauke Mollema, quien se vistió de líder y a la postre se llevó el premio gordo.
En 2018 Gonzalo Najar se exhibió aventajando en 1:58 a Óscar Sevilla, 2:05 a Rodolfo Torres, 2:15 a Villalobos y 2:23 a Benoot. Sin embargo, posteriormente sería descalificado, por lo que el título fue para Óscar Sevilla, a quien siguieron en la general final el italiano Filippo Ganna, a 20 segundos, y el colombiano Rodolfo Torres, a 50.
Finalmente, en 2019 el ganador fue Winner Anacona, que batió al sprint a sus compatriotas Paredes y Montoya, con Carapaz y Sevilla a 32 segundos. El colombiano del Movistar se vistió de líder y se llevó la victoria absoluta, con 35 segundos sobre Alaphilippe, que ya empezaba a mostrar su potencial en vueltas por etapas, y 57 sobre Óscar Sevilla.
La historia de la Vuelta a San Juan se escribe, como observamos, en el Alto Colorado.
Recorrido
Una edición más, el recorrido de la Vuelta a San Juan representará una oportunidad para todos. Porque si bien es verdad que en el Alto Colorado los escaladores partirán con ventaja, los velocistas tendrán todas las de ganar en las dos primeras etapas, además de en las dos últimas. Las bonificaciones, además, quizás les permitan lucir más de un día el jersey de líder.
La tercera etapa, entre Ullum y el Dique de Punta Negra, será la gran oportunidad de los contrarrelojistas. Y el primer test para los aspirantes al triunfo absoluto. Son 15.2 km, y no completamente llanos, los que tendrán para lucirse y abrir diferencias sobre sus rivales. Para que todos corran en igualdad de condiciones, la organización solo permite bicicletas de carretera que, en el mejor de los casos, podrán llevar ruedas lenticulares. Las ‘cabras’ están prohibidas.
Finalmente, los valientes tendrán la oportunidad de lucirse en la cuarta etapa, con final en Valle Fértil-Villa San Agustín. Es un recorrido propicio para las escapadas, aunque habitualmente también se decide al sprint. Los más combativos, no obstante, pueden brillar cualquier día e, incluso, llevarse la recompensa. Es lo que hizo en 2019 Nicolás Tivani, el flamante vencedor en la meta del Autódromo El Villicum.
En resumen, 1.024,1 kilómetros en siete etapas, una contrarreloj, una llegada en alto, oportunidades para todos y, teniendo en cuenta que en Argentina en esas fechas acostumbran a disfrutar del verano, muy buen tiempo. El cóctel perfecto para que algunos de los mejores equipos del mundo, y sus figuras, como es el caso de Sagan (Bora-Hansgrohe), Gaviria (UAE), Alaphilippe y Evenepoel (Deceuninck-Quick Step), quieran empezar la temporada en San Juan. Al mismo tiempo es la oportunidad de que las promesas del continente americano midan sus fuerzas con las estrellas. Así, ganan todos.