Tres han sido los protagonistas de la primera etapa de la octava edición de la Transpyr Coast to Coast: los nervios, la emoción y en especial, el calor. Un recorrido de 116 kilómetros comprendidos entre Roses y Camprodon en los que sus participantes han tomado el pulso al abrumador calor mientras se familiarizaban con sus bicicletas, las que serán la extensión de sus cuerpos hasta el día 17 de junio. El pistoletazo de salida lo han dado las ciclistas participantes en esta apasionante aventura, enfundadas en el maillot Orbea, que potencia el ciclismo femenino.
MODALIDAD MTB
La pareja de Orbea Factory Team formada por Ibon Zugasti y Tomas Misser ha resultado la vencedora de la etapa cronometrada, con un tiempo de 1:06:57. “El año pasado disfrutamos mucho de la experiencia en carretera, y en esta edición hemos querido saborear la de montaña. Estamos muy satisfechos: aunque vamos primeros, lo que destacaría sería el compañerismo y la simpatía de los participantes”, asegura Misser.
Los 116 kilómetros comprendidos entre Rosas y Camprodon han encontrado en el Pont de Llierca un enclave de vistas imponentes con algunas caídas nimias, aunque repetidas, a su comienzo. Los primeros 85 kilómetros del recorrido han servido a los participantes como el test idóneo para aclimatarse al calor. No olvidemos que sus 400 participantes provienen de 22 países, algunos poco acostumbrados a la humedad por encima del 80% alcanzados durante el día.
Todos han coincidido en señalar que la etapa cronometrada ha sido especialmente dura por las abrumadoras temperaturas, aunque la ausencia de viento ha hecho que en los tramos bajos no se hicieran abanicos.
MODALIDAD CARRETERA
Este viaje al corazón de Los Pirineos ha sufrido los estragos, de nuevo, del brutal calor, que ha obligado a la organización a reforzar un punto de agua durante el recorrido. La subida final desde OIX ha sido especialmente complicada ante las altas temperaturas y la acusada humedad. Hasta el primer avituallamiento, el pelotón ha rodado unido en grupos grandes hasta llegar a Bañolas. A partir del segundo avituallamiento, ya a las cercanías de Oix, los ciclistas han llegado de uno en uno.
