La tercera etapa de la Settimana Coppi e Bartali (Riccione-Riccione, 169 km) dejó patente que los problemas físicos que lastraron durante varios meses la carrera de Julen Amézqueta quedan ya en el pasado. El ciclista navarro mostró un fenomenal rendimiento en la jornada reina de la carrera italiana, superando tres pasos de montaña sobre un perfil muy quebrado.
El hombre de Caja Rural-Seguros RGA se filtró en una peleada fuga junto a Ben O Connor, Jorge Arcas, Simone Petilli y Scott Davies. Superado Monte Carpegna (HC) sólo Amézqueta, el australiano de NTT e Iván Ramiro Sosa, que había contactado desde el pelotón, mantenían en torno al minuto, una ventaja que administraron hasta que el grupo perseguidor les dio alcance a 12 kilómetros del final.
Para entonces, el ciclista de Estella había superado en cabeza los pasos por Madonna di Pugliano (1ª) y Fiorentino (2ª), sumando los puntos necesarios para convertirse en el nuevo líder de la general de la montaña, un merecido premio a su trabajo y a su esfuerzo en un día que finalizaba con el triunfo al sprint de Jhonatan Narváez (INS).
Julen Amézqueta: "Ayer en el final en alto no pude estar donde quería, así que hoy he salido en busca de la fuga. He conseguido cogerla y enseguida nos hemos entendido. En el puerto de Hors Categorie, O Connor ha puesto un ritmo muy fuerte, ha habido buen trabajo y entre los dos hemos hecho hueco. Cuando ha entrado Sosa desde atrás, hemos podido repartir un poco más el trabajo en los relevos. Después hemos acelerado buscado los puntos de la montaña y el colombiano no nos ha seguido. Desde ahí, hemos seguido dando relevos, llegando hasta donde hemos podido. Ha sido un día muy duro, llevamos varias etapas exigentes y rendir a este nivel es muy satisfactorio para mí. El maillot de la montaña es un premio que me da moral y confianza. Por supuesto, lucharemos mañana para llevarlo a casa".
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Photo Gómez Sport
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