Pero antes de contestar a las preguntas, dejarme comentar que mi participación ha sido gracias a un equipo surgido de las sinergias entre grandes marcas: Hutchinson, Rudy Project, BH Bikes, 226ers, Viator y Arabay Coffee. Para un vagabundo como yo, acostumbrado a dormir en furgoneta y limpiarse con toallitas de bebé, es todo un lujo disponer de la comodidad de un hotel con buffet libre y servicio de lavandería. Además me han suministrado los mejores materiales. Me han vestido con ropa Viator, tan elegante y tecnológica que parezco un profesional. Con mi propio paddock con butacas, aparcabicis y recambios Hutchinson que podía probar a diario.
Los responsables de 226ers me han atendido eficazmente en marcha con sales de sandía, geles de cola y riquísimos batidos de fresa con efecto recuperador. Me han regalado casco y gafas Rudy Project, artículos que se merecen un próximo reportaje en BikeZona. Y he testado a fondo la BH Lynx de la que hablaré más extensamente en otro capítulo.
Mis compañeros de equipo son muy variopintos. Enrique es un carreteiro obsesionado con la limpieza y la estética. El es responsable de Viator y nos pasa revista todas las mañanas a ver si estamos bien conjuntados. Ramón es corresponsal de Bikes World Magazine, y me recuerda al típico profesor chiflado pero en versión ciclista. Tiene tantos conocimientos y tantas bicis metidas en la cabeza, que parece un científico loco. Toni, no solo lo parece, sino que es científico-químico de profesión, y ha montado una empresa de cafés de culto llamada Arabay Coffee. Toni es tan animado que se ha traído una máquina espresso profesional para prepararnos excelente cafeína todas las mañanas. Roberto es jefe de diseño y producción en BH, osea un "capo" del sector, pero sobre todo es una persona humilde y excelente compañero, siempre deseando hablar más de la vida y menos de bicis. Jotabé es un vaquero francés, y atiende a sus reses vacunas montando no a caballo, si no en mountainbike. Y Tungui es la fémina del equipo. Antes era insoportable fumadora empedernida. Cero deporte. Pero hace dos años sustituyó la nicotina por la bici, y no os imagináis lo guapa y simpatica que se ha puesto desde entonces.
Pero vayamos al grano. La Andalucía Bike Race arranca bruscamente en Jaén con una contrarreloj individual, con más metros de desnivel positivo que negativo. Prácticamente una cronoescalada. Un aperitivo trampa que a la gran mayoría les empachó antes de tiempo.
La primera media hora de la segunda etapa es neutralizada por carretera. Puede que en cicloturismo funcione, pero en mountainbike no sabemos ir en pelotón, nos ponemos nerviosos y alguno acaba deslizando sus muslos por el asfalto. Después la Sierra de Mágina tiene algunos puntos espectaculares, pero también muchos kilómetros de carretera, cemento y pistas anchas.
La tercera etapa en Andujar me deja algo contrariado. Los dos últimos descensos son de los más bonitos que he hecho en mi vida. Pero para llegar a ellos, antes debes recorrer 50 kilómetros que perfectamente podrían hacerse en bici de gravel.
El cuarto dia es en Priego de Córdoba. El entorno es espectacular, pero en mi opinión el recorrido está mal diseñado. Desde la voz de la experiencia, no nos pueden hacer subir casi 2 horas, para sufrir una bajada de apenas 5 minutos.
Ojo, que a mi no me convezca no quiere decir que la fórmula no funcione. El pelotón de casi 600 participantes avanza fluidamente sin apenas atascos, y a cualquiera que preguntes te responderá que está encantado con el recorrido. Los andaluces me recuerdan a los vascos, muy competitivos y con mucha obsesión por marcar el mejor "strava" subiendo. Pero con poca cultura por el SingleTrack. Eso sí, los pocos senderos que tienen, son de lo mejorcito.
Parte de mi decepción con el recorrido es por culpa de la BH Lynx prestada. A ver si me explico. Es una bici tan potente y cañera, que se siente frustrada con un terreno tan dócil. Es una pena que tenga que devolverla justo ahora, cuando mis próximas carreras serán por riscos y peñascos en Pirineos. Ahí si que hubiera podido exprimir todo el potencial de la BH Lynx.
En agradecimiento, tengo que hablar extensamente de las cubiertas Hutchinson, porque son ellos los que realmente me han costeado el viaje a la Andalucía Bike Race. Para un suelo tan liso y suave como el andaluz, elijo las Skeleton 2,15 de apenas 600 gramos. Son pura velocidad. Es increíble lo que puede llegar a cambiar el comportamiento de una bici eligiendo los "zapatos" apropiados. En la cuarta etapa una piedra perfora ligeramente la carcasa, pero sorprendentemente el líquido sellante de Hutchinson repara rápido y llego a meta sin problemas. Entonces me ofrecen poner la Taipan delante para mejorar el agarre, y la Cobra atrás para ganar en seguridad. Pero yo me quedo con las Skeleton, porque con ellas la bici corre sola, aunque tenga que sacar el pie de vez en cuando en alguna curva. Es cierto que después de 6 etapas, el dibujo del neumático trasero muestra importantes síntomas de desgaste, pero la carcasa está intacta que es lo importante. Si queremos más durabilidad tenemos las eternas Python.
Respecto al nivel organizativo, nada que objetar, todo correcto, todo impecable. Se nota que en Octagon se ha dejado asesorar por expertos bikers como Antonio Ortiz, que supervisa el marcaje con su E-Bike. Otro ilustre involucrado en las Bike Races es Jose Antonio Hermida, que se pasea por meta sirviendo bandejas de jamón y contando chistes.