Según una encuesta de OCU realizada en 16 ciudades, la bici ya es el medio de transporte más habitual para uno de cada cinco españoles. Una estupenda noticia. Porque la bici no es solo una de las formas más entretenidas de mantenerse en forma, también es el medio de transporte más rápido, barato y ecológico para recorrer distancias urbanas de entre 1 y 8 kilómetros.
Ahora bien, tal y como puede comprobar en el cuadro de abajo, mientras que en ciudades como Valencia, Vitoria y Zaragoza usan la bicicleta más del 45% de sus habitantes al menos una vez a la semana. En otras como Bilbao o Madrid este porcentaje de ciclistas alcanza el 19%. Nuestra encuesta también ofrece algunas pistas sobre estas significativas diferencias de uso.
Los madrileños, los menos satisfechos
En el mayor o menor uso de la bici influyen muchas circunstancias. Unas, como la climatología, el relieve o la extensión de la urbe son inherentes a cada ciudad. Otras están supeditadas a la buena voluntad de los conductores urbanos para respetar a los ciclistas. Pero la mayoría dependen de la voluntad de los políticos municipales, como el desarrollo de una buena y segura red de carriles bici, la integración de la bicicleta con el transporte público o el diseño de aparcamientos específicos.
Los aspectos por los que se ha preguntado son: Carriles bici, Contaminación, Tráfico, Distancias, Metereología, Transporte público, Aparcabicis y Satisfacción Global
Un ciclista más por la ciudad es un coche menos circulando por las calles, con los beneficios que conlleva para la contaminación y el tráfico urbano. Por ello:
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Hace falta seguir apostando por las vías ciclistas, priorizando los carriles bici. Y por su buen diseño, de modo que sean opción segura para moverse por la ciudad sin entrar en conflicto con peatones y conductores.
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Debe facilitarse al ciclista llevar la bici en el transporte público, sobre todo en el tren, el tranvía y el metro. Al tiempo que habilitar aparcamientos específicos, sobre todo cerca de las grandes estaciones de intercambio de transportes.
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Es preciso apoyar el alquiler público de bicis, sobre todo en las grandes urbes, a unos precios accesibles: la primera media hora debería ser gratuita.