El Centro de Perfeccionamiento Técnico Deportivo de Fadura, en Getxo (Vizcaya), ha acogido en la mañana de hoy jueves una rueda de prensa en la que Eneritz Iturriaga ha explicado las razones de su retirada del ciclismo profesional tras 12 campañas en la elite. La corredora del Lointek se mostraba emocionada al comparecer ante los medios para poner punto y final a una brillante trayectoria, que arrancó en la escena internacional en 2001 con Bik-Tuscany y continuó en Pragma-Deia (2002), Aurora (2003), Let s Go Finland (2004), Orbea (2005), Fassa Bortolo (2006), Menikini (2007) y Safi-Pasta Zara (2008-2010) antes de recalar en el cuadro vasco durante las dos últimas temporadas.
"He corrido todo lo que tenía que correr, todo en la vida tiene principio y final, y considero que este es el fin de un ciclo", explicaba Iturriaga, consolidada desde hace casi dos lustros como una de las mejores ciclistas españolas de todos los tiempos. "Llega una época en la vida en la que quieres sentar la cabeza y buscar otras metas. Ha sido una carrera muy dura, con largas temporadas fuera de casa, muchísimas lesiones y momentos en los que piensas para qué vale todo este sacrificio. En 2010 tuve una grave caída y recuperarme me costó seis meses y tres operaciones, y ya llegué a plantearme la opción de la retirada. Por fortuna, en estas dos últimas temporadas en Euskadi he estado muy respaldada por mi familia, mis seres queridos y por todo mi equipo", aprovechando así para agradecer el apoyo de Lointek, Basque Team, la Diputación Foral de Bizkaia, el Ayuntamiento de Abadiño y todas las marcas e instituciones que han facilitado su camino durante más de una década.
Un Campeonato de España en ruta (2003), cuatro títulos contrarreloj ( 02, 05, 06 y 2011), cinco Campeonatos de Euskadi, dos títulos estatales en pista, una etapa en la Emakumeen-Bira (2003), otra en la Vuelta a Holanda (2004) y un triunfo parcial en el Trophée d Or Féminin (2008) adornan el palmarés de una corredora que supo ser gregaria en su primera etapa y liderar prometedores proyectos en el cénit de su trayectoria, ganándose el respeto de líderes y compañeras. "Lo más positivo para mí es haber mantenido una carrera muy regular, sin grandes picos; lo más negativo, sin duda alguna las frecuentes caídas y lesiones, que te van minando, porque aunque físicamente te recuperes, psicológicamente es muy duro".
"Seguiré ligada al ciclismo sin ninguna duda", afirmaba, "porque me lo ha dado todo y quiero devolver lo que he recibido y aprendido a las generaciones que vienen. Por el momento, tengo varios proyectos sobre la mesa y prefiero pensarlos con calma hasta que pase el invierno y aprovechar estos meses para descansar y disfrutar con los míos de esta nueva vida". El último sprint hasta la raya de meta en el reciente Mundial de Valkenburg fue la última demostración de garra de una Iturriaga que tuvo en la profesionalidad y el sacrificio valores comunes a toda una vida deportiva.