Gorka Izagirre (1987) culminará una década en el WorldTour el próximo año con el Astana Pro Team. El todoterreno vasco llega al conjunto celeste con su hermano Ion para reforzar el bloque y aprovechar las oportunidades que se le presenten.
Su 2018 fue impecable, campeón de España, podio en la París-Niza, a punto de ganar una etapa en el Tour de Francia y al servicio del Bahrain-Merida a un nivel alto en una temporada exigente, de 92 días y de los que 82 fueron en el calendario del WorldTour.
De nuevo en el barro, compitiendo en ciclocross. Así es. Este año he vuelto a empezar y voy a correr algunas carreras más incluso que el año anterior. Estoy contento porque poco a poco vamos preparando la próxima temporada. Sin duda, lo que busco es hacer esos esfuerzos que no puedes conseguir en carretera en las pruebas de ciclocross. Pienso que puede venir bien pensando en después. Además, es una especialidad que me gusta; si no, no lo haría.
¿Qué más pruebas disputará? Me concentro ahora dos semanas en Calpe. Después, disputaré la prueba de Pamplona el 23 de diciembre y los Campeonatos de Euskadi en Beasain el fin de semana siguiente.
Su 2018 fue notable. ¿Qué balance hace? Estoy muy contento con la temporada. No he hice cambios en la preparación, sino que traté de hacerlo bien como siempre. Quizá el equipo me dio más libertad al principio de la temporada y eso seguramente me supuso poder obtener mejores resultados. Además, para mí es importante la regularidad durante todo el año. Casi todas las pruebas que he disputado fueron WorldTour y la exigencia sube. Pese a todo, he ofrecido un buen nivel y he sido competitivo.
Terminó nada menos que con 92 días de competición, de Australia a Lombardía y con Tour y Vuelta. La temporada se quedó muy larga. Quizá en la primera parte hubiera sido mejor quitar dos vueltas por ejemplo pero fue así como vino. Veremos el año que viene si podemos hacer ese cambio.
Comienza una nueva etapa en el Astana después de un año en el Bahrain-Merida. Estoy contento con el cambio y con ganas de vestir los colores del Astana. Nos han recibido bien. Ahora tenemos la concentración y podremos conocer más a los compañeros y al staff.
Su hermano Ion, Omar Fraile, Pello Bilbao, gente conocida en el cuerpo técnico... Se va a sentir casi como en casa. Siempre ayuda estar con gente de casa, compañeros que conocemos de hace mucho y con los que mantenemos una buena relación. Siempre es de agradecer sobre todo en un equipo de fuera.
¿Cuál será su rol en el Astana? En principio, hay que hablar pero la idea es trabajar para el equipo en las grandes vueltas, apoyar a los líderes, y tener nuestra oportunidad en otras vueltas. La verdad es que estoy con ganas de empezar. Intentaremos de nuevos superarnos. De momento las cosas van bien.
No será fácil superar su 2018, al menos en lo personal. Siempre hay que intentar mejorar pero desde ya, desde el invierno, hacerlo todo lo mejor posible y los beneficios vendrán después. Lo importante es llegar con la condición física y competitivo a las carreras porque los resultados no siempre son fáciles de conseguir.