Los sprinters lo saben. La cita de hoy en Fougères es probablemente la última ocasión que tienen para expresarse antes de llegar a la montaña. Siempre les quedará Rodez, el 17 de julio, pero hasta entonces queda mucho.
También es una nueva oportunidad para seguir visionando el lamentable espectáculo del Tour 2015. Las caídas. Ayer vimos como se retiraba un nuevo maillot amarillo, Tony Martin se despedía de la carrera tal y como lo hizo Fabian Cancellara hace unos días, camino del hospital. ¿Veremos hoy una montonera? Esperemos que no.
La de hoy es una etapa que se presta a un sprint de manual, con una llegada totalmente en llano y una vía que servirá de marco perfecto para los equipos que dominan el arte de desplegar trenes-escolta que hagan brillar a sus sprinters. Los equipos más consolidados en este sentido son también los más tocados por la desgracia, empezando por Etixx Quick-Step y su maillot amarillo, Tony Martin, que era una pieza importante en la preparación al sprint de Mark Cavendish. André Greipel tampoco puede contar con su lanzador de confianza, Greg Henderson, que sigue en carrera con dos costillas rotas.
El abandono de Bouhanni, las heridas de Michael Matthews y la sorprendente discreción, quizás temporal, de Alexander Kristoff dibujan un tablero incierto. Pero hay dos hombres que parecen haberse librado de todos los infortunios con brío. Dos alemanes: André Greipel, que ya tiene en su palmarés dos victorias de etapa en esta ronda; y John Degenkolb, siempre presente pero que todavía no ha encontrado su momento. Por su parte, Peter Sagan firmó ayer un nuevo segundo puesto, el 8º desde su última victoria en el Tour de Francia (Albi, 2013).
