Para llevarnos hasta Roncesvalles esta gente de la Transpyr nos ha reservado la etapa reina de la travesía, galardón que le asignamos por unanimidad, no porque sea la más larga ni la que mayor desnivel acumula, sino porque se trata sencillamente de la mejor entre todas las que hemos completado hasta ahora.
Como viene siendo habitual, los supervivientes de la Transpyr Backroads nos reunimos en la zona de salida mientras la gente de la btt toma la salida. Es magnífico el ambiente que se ha formado entre nosotros.
Allí nos saludamos, nos animamos, nos jaleamos. En nada echaremos en falta todo esto. Aprovecho el momento para dar mi enhorabuena y fotografiarme con el tío que, para mí, más mérito tiene de toda la Transpyr. Es Jordi, del Club Ciclista de Roses, al que no volveré a ver hasta el día siguiente otra vez en la línea de salida. A las primeras de cambio suele quedarse rezagado y, a su ritmo, viene completando una tras otra, todas y cada una de las etapas. Sabéis lo que es pedalear solo durante una jornada entera? Bien, pues él viene haciéndolo así desde el primer día. Me quito el sombrero ante tanto pundonor. Grandísimo.
Con toda la ciudadela de Jaca engalanada para nosotros comenzamos a pedalear un poco temerosos siendo conscientes de lo que nos espera. Tenemos por delante siete pasos de montaña y algún que otro repecho. Para no extenderme demasiado porque esta etapa daría para una novela comentaré unos breves detalles de algunos de ellos.
El paso de Aisa, que une Jaca con el valle de Hecho y presenta unas vistas inmejorables de montañas emblemáticas de la zona como el Aspe o el Bisaurín, tiene una bajada con grava suelta que habrá que negociar con muchísima precaución.
Arguibiela, entre Ansó y Erronkari es una delicia además de que ya jugamos en casa. Y el potente Larrau, esa cinta de asfalto cosida a la cara sur del Orhi que ascenderemos y bajaremos por el mismo sitio, sacará de nosotros ese ciclismo de las grandes vueltas que llevamos dentro. Un regalazo atravesar el túnel y encontrar la niebla cerrada, tocar el cartel, hacer las fotos de rigor y bajar a comer al avituallamiento.
Mañana última etapa. No podemos fallar y más sabiendo que en Hondarribia nos espera una gran sardinada con sidra de kupela.
Auritze Km 875