Jonathan Lastra ha terminado en el puesto 17 en el Mundial sub23 de ciclocross celebrado en Hoogerheide, a 4-03 del belga Wout Van Aert. El bilbaíno no pudo repetir la magnífica actuación del año pasado en Louisville –decimoquinto-, debido al cúmulo de desgracias en la primera vuelta.
“No he roto la cadena, como se ha dicho –comentaba Lastra-, sino que fue el que iba delante de mí, que paró de golpe y me enganché con él. Entre eso y la montonera que me ha cerrado contra las vallas, he perdido mucho tiempo y he terminado la vuelta en el puesto 26 y con la gente tan deprisa como iba, ya no ha habido opción”.
Desde ese momento, “la carrera ha sido muy distinta, ya que he tenido que correr con cabeza, a intentar remontar poco a poco, pero sabiendo que ya no podía aspirar a estar en esos primeros puestos a los que creo que podía haber llegado en otras circunstancias. Porque había mucha tensión en todo momento y había que estar atentos a los peligros. Ha sido una carrera de supervivencia”. Por ello “no puedo estar contento porque no se ha cumplido el objetivo, pero creo que he hecho una muy buena carrera”. Respecto al circuito, se muestra ambiguo, “porque me hubiera gustado más embarrado, como lo tuvieron ayer las chicas. Pero reconozco que al estar más rápido he podido remontar bastantes puestos en la parte final, de gente que se iba desinflando, mientras que yo estaba a tope de fuerzas”.
Sobre su futuro, Lastra reconoce que, “aunque ahora me dedique a la carretera, está claro que iré a los grandes objetivos como puede ser un Mundial, siempre que tenga el nivel requerido y el seleccionador me llame”.
En cuanto a Felipe Orts, era clasificado en el puesto 51 doblado a dos vueltas para el final (se ampliará).
Van Aert, astuto y fuerte
Por lo demás, la prueba fue una exhibición de Van Aert –bronce el año pasado y segunda temporada en la categoría-, que muy astutamente se iba en la primera vuelta gracias a un ‘pateo’, poniendo rápidamente tierra por medio y manteniendo un ritmo al que nadie se acercaría.
A mitad de carrera le imitaba su compatriota Michael Vanthourenhout, aprovechando que el ídolo local Mathieu Van der Poel no tenía su mejor día. Su ritmo llegó a ser en algunos momentos tan fuerte como el de Van Aert, consolidando sus opciones de plata, aunque sin ‘chance’ por el oro, al final a 50 segundos del ganador.
Bélgica llegó a soñar con el triplete ya que tanto Laurens Sweek como Toon Aerts dejaron atrás a Van der Poel, al que alcanzó incluso su hermano David. Pero el holandés demostró que en los malos días también hay que ser grande y sacando fuerzas de flaqueza no sólo atrapó a los dos belgas, sino que los dejaba en la zona más complicada del circuito para hacerse con un bronce –a 1-17 del vencedor- que quizás le supo a poco, pero que demuestra su nivel y su potencial futuro, ya que no hay que olvidar que este es su primer año como sub23.