El despertador ha sonado a las 7.00 de la mañana. Desperezarse, vestirse y un cuarto de hora después, a tomar un desayuno continental. A las 8.00 había que salir puntual para llegar en hora a Pozzioni, lugar en el que un ferry esperaba a la caravana ciclista que compone el pelotón del Giro 2013 para trasladarles a la isla de Ischio, a una hora de navegación. La nave ha salido con un ligero retraso, pero ha llegado a puerto prácticamente a la hora establecida. Montar en los coches de equipo lo más rápido posible para acudir a un restaurante contratado por la organización a tomar el almuerzo y reponer fuerzas.
Tras el almuerzo, sin tiempo que perder, los naranjas se han dirigido al autobús y se han cambiado para reconocer el trazado de la crono por equipos, 17,4 kilómetros entre Ischia y Foria en los que había que salvar un desnivel de 350 metros, una cifra que sin ser mayúscula, si que dejaba patente la dureza del terreno. Repechos del 7% siempre entrañan complejidad a la hora de artícular los relevos en una crono por escuadras tan explosiva.
Tras reconocer el itinerario en los márgenes permitidos por la organización (cada equipo salía de minuto en minuto según el horario establecido), se ha regresado a la salida en bicicleta por un camino alternativo de 15 kilómetros. Tras volver a la zona de equipos, los naranjas han seguido sudando en una jornada en la que el termómetro no ha bajado de 25 grados.
La hora era las 16.19, y Euskaltel Euskadi ha afrontado concentrado y motivado el momento importante del día. El esfuerzo de la crono ha sido enorme. Los naranjas se han vaciado, cada uno en su terreno, e iban a marcar un notable registro cuando a 1,5 kms de meta ha pinchado el 5º hombre, el que para el cronómetro. Samuel, Egoi, Jorge, Gorka y Ricardo volaban cuando este último ha sufrido un pinchazo. Una lástima los segundos que se ha dejado en el camino la formación dirigida por Gorka Gerrikagitia, pues el registro iba a dar buena muestra de la condición física con la que han llegado los naranjas a la cita. "La entrega de los ciclistas ha sido enorme y se han sacrificado por el equipo, pero sigue siendo una disciplina que se nos resiste. En este caso ha sido la mala fortuna", resumía el manager general, Igor González de Galdeano.
Tras la competición, los naranjas se han duchado en un hotel cercano a la meta y han tomado la merienda mientras esperaban a montarse en el barco que les iba a llevar de vuelta a la península, a Sorrento concretamente, punto de partida de la 3ª etapa. A las 20.30 estaba prevista la llegada a esta hermosa localidad costera en la que, afortunadamente, Euskaltel Euskadi tiene su alojamiento. Breve masaje y cena son el menú antes de subir a la habitación a tomarse un respiro. Uno de esos días auténticos de Giro. En la televisión se ha apreciado un esfuerzo de 25 minutos, pero para ello, los deportistas han estado en marcha desde las 7 hasta las 22.30h.
