Heras pierde la crono de su vida por centésimas

Mancebo no pudo atacar al podio y Rubén Plaza gana de forma muy apretada al jersey oro en una emociante jornada previa al final de la carrera Con la general decidida y las cosas muy complicadas para que se produjeran cambios en los puestos importantes de la misma, la contra reloj de hoy no se presentaba, a priori, como un gran espectáculo emocionante. Era de esperar que los favoritos reservaran para evitar accidentes y que la victoria cayera fácilmente en el zurrón de algún especialista como Rubén Plaza o Denis Menchov, que se perfilaban como los dos hombres que iban a luchar por esta victoria parcial. Pero entonces apareció el viento de cola y los ciclistas comenzaron a volar. Además, el trazado de la contra reloj, sin demasiado callejeo más que al principio y al final, no era nada peligroso. Los hombres importantes de la general, espoleados por un aire que iba a más, se metieron en la lucha por la victoria de etapa y acabaron por ofrecernos un espectáculo emocionante y divertido como pocas veces lo son las etapas contra el crono. Rubén Plaza, con sus 25 años, consiguió la victoria que por poco no pudo alcanzar en Lloret de Mar. Pero la logró por apenas cinco centésimas de segundo respecto a, seguramente, el corredor del que menos se podía esperar en una crono de las características de la de hoy: Roberto Heras. El bejarano, especialista en altas cumbres y no en vuelos bajos, fue de menos a más. En el primer punto intermedio, situado en el kilómetro 15, no estuvo entre los tres primeros, se quedó cuarto a 14 segundos de otro sorprendente Paco Mancebo. Once kilómetros más tarde, en el 26 el de Liberty marcaba el mejor tiempo con todo un segundo de ventaja respecto a Menchov, una diferencia que luego sería todo un mundo. Pero es que en apenas 10 segundos de diferencia habían pasado por ahí siete corredores. En la línea de meta entró Rubén Plaza casi convencido de que alguno de los corredores que venía por detrás le iba a superar. Poco a poco fueron llegando sus rivales. Primero fue Mancebo, que necesitó 10 segundos más que el pupilo de Belda. Luego Sastre, que le presionó un poco más, pero se fue cuatro segundos por encima. Menchov, su bestia negra de Lloret tampoco pudo con Plaza e invirtió 6 segundos más. Sólo restaba Heras. Cuando apareció por la curva de meta, vestido en su impoluto traje dorado, todos contuvieron la respiración. Llevaba el tiempo casi calcado que el de Plaza. Casi no. Calcado del todo. Llegó a meta con el mismo tiempo y la cosa se decidió por centésimas. Cinco para ser exactos. Plaza conseguí su victoria de etapa. Nicolás Van Looy Imagen cortesía de Unipublic