La meta situada en el puerto deportivo de Hondarribia (Guipúzcoa) ha sido escenario de la llegada de la Transpyr Coast to Coast 2018. Los cientos de participantes han ido llegando después de una épica última etapa, que ha unido Navarra (la salida era en Burguete) con el País Vasco, marcada por el terreno pesado y embarrado.
Se han ido sucediendo las imágenes de emoción y mucha satisfacción de los participantes que han conseguido el reto de unir en siete días el mar Mediterráneo con el Cantábrico, una hazaña sólo al alcance de los más preparados, y que este año han alcanzado el 88% de los 400 que salieron de Roses hace una semana. Todos destacaban la dureza del terreno que han encontrado a lo largo de la carrera, castigado por las lluvias y el largo invierno que ha sufrido el Pirineo.
Sin embargo, la temperatura y las condiciones climatológicas durante toda la semana han sido óptimas para disfrutar del recorrido y de un paisaje exuberante, que ha maravillado a los ciclistas procedentes de 26 países del mundo.
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