Casi dos meses después de su caída y posterior abandono en el Memorial Marco Pantani, Jonathan Lastra volvía a colocarse un dorsal nada menos que en el estreno de La Vuelta, un inicio para nada sencillo sobre un recorrido sinuoso entre Irún y el Santuario de Arrate. La incertidumbre de su estado físico no invitaba a movimientos en una etapa de sobra conocida para el ciclista vizcaíno.
Sin embargo, cazada la fuga larga del día de cinco ciclistas, los Caja Rural-Seguros RGA tomaron la cabeza del pelotón en la aproximación a Elgeta, penúltimo puerto antes de meta. Lastra encontró buenas piernas y arrancó en un pelotón de no más de cincuenta unidades. Aunque INEOS controló su movimiento, el vasco se demostró a sí mismo que podrá pelear a lo largo de La Vuelta, buscando el triunfo que tan cerca tuvo en la edición 2019.
Jonathan Lastra: "Tenía ganas de volver a sentirme ciclista, pero la verdad es que no tenía planeado atacar. Nos hemos encontrado delante, después de una pequeña caída en la parte delantera, el equipo iba tirando y he pensado en arrancar, no era cuestión de hacer toda la subida trabajando. Me he dicho, arranco y lo que tenga que pasar. Contento por las sensaciones, por verme de nuevo en el pelotón y acabar el día entero, que era lo que más preocupaba después de dos meses sin correr. Mucho mejor que de lo que esperaba. No tenía miedo a no acabar, pero sí a ir muy ahogado en la primera subida después de tanto tiempo. Al final hasta he podido arrancar en un tramo duro, así que encantado".
Julen Amézqueta, en su debut en Vuelta a España, era el primer Caja Rural-Seguros RGA en meta, en un día en el que Gonzalo Serrano tuvo una caída en una de las bajadas que no le impidió completar la jornada. La carrera rodará este miércoles por terreno familiar para la formación verde, partiendo desde Pamplona para concluir en Lekunberri tras superar tres puertos, el último, el más duro, San Miguel de Aralar.