Jordi Vila abandona el ciclismo de elite

ordi Vilá (Girona, 1986) se ha visto obligado a abandonar la práctica profesional del ciclismo tras cuatro campañas entre Elite UCI y amateurs. El corredor gerundense cuelga la bicicleta a causa de una hipoplasia medular, una enfermedad congénita que impedía la correcta producción de glóbulos rojos y blancos en la sangre, actividad indispensable para la práctica deportiva. Los análisis realizados a Vilá durante la estancia de Andorra-Grandvalira y ECP Continental Pro en el Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat (Barcelona) revelaron la causa de todo tipo de problemas experimentados por el corredor de Olot: "Al principio, meses antes de diagnoticarse mi enfermedad, empecé a acusar fatiga desmesurada: iba bien un día en los entrenamientos, pero luego me pasaba tres días arrastrado, luego otro par de salidas bien hasta recaer... Unas primeras pruebas me diagnosticaron parásitos, pero un analisis posterior de esos primeros resultados empezó a descubrir que había algo grave en mi cuerpo. Llegué a tener un índice 34 de hematocrito en algunos momentos, lo cual era realmente preocupante. Una biopsia de mi médula ósea reveló que no estaba bien: nos metió a todos el miedo en el cuerpo porque podía ser incluso leucemia o cáncer. Por suerte, otra prueba medular en la cadera descartó las posibilidades más negativas, y descubrió que era problema genético. La médula estaba dañada, y podía requerir trasplante". La noticia de su retirada no cayó con tanto pesar como el esperado sobre el entorno más cercano de Vilá, pues los primeros análisis apuntaban a problemas mucho peores, que ponían en peligro la vida del gerundense: "En un primer momento, al estar todos tan asustados, fue un consuelo para la familia que sólo fue eso. Se acabaron todos tomando mi retirada mejor de lo que yo pensaba, sobre todo mis padres y mi novia, con la que llevo ocho años y que prácticamente sólo me ha conocido en mi época de ciclista profesional", asegura Vilá, que ha contado con todo el apoyo del staff técnico de ECP Continental Pro desde el primer momento, y para el que la vida prosigue en otras dedicaciones después de su retirada: "He encontrado faena en mi otra gran pasión: ahora soy maestro, he encontrado plaza en un centro especial de enseñanza para niños con problemas de conducta, una profesión que me llena tanto como lo hacía la bici". Sobre su trayectoria deportiva, con una temporada en el primer proyecto de Domènec Carbonell (FC Barcelona Excelent, 2005), dos años (2007-2008) en Ditec y, sobre todo, una temporada como profesional en el Massi continental, Vilá no se queda con un momento concreto: "Lo que permanece para mí, aunque suene a tópico, es todos los valores que este deporte me ha transmitido a nivel personal: disciplina, esfuerzo, sacrificio. Son cosas que van mucho más allá del deporte, que me ayudarán en la vida y que me han enseñado lo que cuesta lograr las cosas". Incluso no le importaría regresar, a largo plazo, al ciclismo, aunque con motivaciones bien distintas: "Yo no me veo trabajando para proyectos grandes ni equipos de este nivel. Si algún día regreso a aportar algo, será desde abajo, en las escuelas, para enseñar a los jóvenes lo básico que necesitan para conocer este deporte y vivirlo". Con todo, y a pesar del claro impedimiento que su enfermedad supone para el deporte de alto nivel, el gerundense no está dispuesto a parar: "Soy una persona activa y seguiré haciendo deporte. Salgo todos los fines de semana con la grupeta de Olot, la misma que me ha acompañado en profesionales. También quiero correr y nadar: estoy pensando en dedicar el verano a correr medios maratones, e incluso algún triatlón", asegura Vilá, para el que una nueva vida, alejada de la bici, se abre a partir de ahora, si bien el ciclismo seguirá en el corazón de uno de los más destacados corredores catalanes del panorama más reciente.