Desde la Mesa Española de la Bicicleta (MBE) se celebra la apuesta por un Bono Cultural Joven con el objetivo de “facilitar el acceso universal y diversificado de las personas jóvenes a la cultura, generar nuevos hábitos de consumo cultural y afianzar los existentes, crear nuevos públicos, estimular la demanda y reducir el impacto negativo causado por la pandemia en los diversos sectores culturales en nuestro país”.
Sin duda, este objetivo de accesibilidad a la cultura encaja con el impulso de los poderes públicos a la cultura de la movilidad sostenible y activa, que se ha convertido en uno de los pilares de España y de la UE en su estrategia de lucha contra el cambio climático y a favor de la calidad del aire en las ciudades.
Los jóvenes son un colectivo fundamental para el necesario cambio cultural que se está produciendo por lo que desde la MEB y ConBici, Coordinadora en Defensa de la Bici, se solicita ampliar el Bono Cultural Joven a la adquisición de bienes o productos que impulsen y faciliten la movilidad activa entre los jóvenes.
"La cultura de la movilidad sostenible y el uso de la bicicleta van de la mano. Con el afán de fomentar la movilidad sostenible y activa entre los más jóvenes, solicitamos incluir la compra de bicicletas, bicicletas de pedaleo asistido y elementos de protección como casco, luces, candados y otros accesorios en el Bono Cultural Joven" comenta Jesús Freire, portavoz de la Mesa Española de la Bicicleta
La adquisición de estos productos que fomentan la cultura de una movilidad sostenible, estaría sujeta a una ayuda de hasta un máximo de 50 euros por beneficiario y las alegaciones al proyecto de Read Decreto por el que se establecen las normas reguladoras del bono cultural joven se han presentado hoy, 13 de febrero, en tiempo y forma.
MOVILIDAD SOSTENIBLE, BICICLETA Y CULTURA
Desde la MEB y ConBici se solicita reconocer la cultura de la movilidad sostenible como parte de nuestro patrimonio cultural porque es una necesidad y una obligación a nivel institucional, tiene una incidencia fundamental en la configuración de nuestro modelo de sociedad, en el impulso y fortalecimiento de la igualdad social y en la garantía de los derechos de todos los ciudadanos y, en concreto, de nuestros jóvenes.
Es incuestionable la relación existente entre cultura y movilidad, entre cultura y deporte, y entre deporte y salud, la estrecha relación entre salud, deporte y movilidad activa viene probada y certificada por multitud de informes y artículos especializados que demuestran que la salud y la actividad física de cualquier tipo están íntimamente relacionadas:
La inactividad física es un grave problema de salud pública, ya que es la responsable del 13,4% de las muertes al año en España.
Este problema de falta de actividad física tiene su reflejo en las cuentas públicas, ya que sus efectos suponen una carga económica importante para el país de más de 1.560 millones de euros, que son costeados en un 70,5% por las administraciones públicas y más de un 22% directamente por los ciudadanos.
Según un estudio publicado por el British Medical Journal, quienes van al trabajo en bicicleta tienen un riesgo un 52% inferior de morir a causa de una enfermedad cardíaca y un 40% inferior de morir de cáncer.
A la vista de estos datos, el impulso del uso de la bicicleta no solo es recomendable desde el prisma de la cultura de la movilidad y sostenibilidad de nuestras ciudades, sino un ejercicio de responsabilidad desde el punto de vista de la defensa y protección de la salud de sus ciudadanos.
A la apuesta institucional europea y estatal por la bicicleta, se suma el amplio respaldo social. La movilidad activa es un derecho, un elemento de cohesión social, de sostenibilidad y de crecimiento económico. La sociedad española lleva años mostrando su favoritismo por la bicicleta como elección preferente para hacer deporte, mejorar su salud y cuidar el entorno.
El criterio de oportunidad de la modificación normativa que solicitamos es incuestionable, ya que la bicicleta es sinónimo de la eficiencia energética que el gobierno reclama continuamente a la sociedad. Nunca antes las señales que nos transmiten los precios en la actualidad fueron tan evidentes para promover desde los poderes públicos un cambio estructural y cultural en el uso de la bicicleta.
La Mesa Española de la Bicicleta está formada por la Asociación de Ciclistas Profesionales (ACP), la Asociación de Marcas y Bicicletas de España (AMBE), Ciclojuristas, y la Real Federación Española de Ciclismo (RFEC) que se unen por la promoción de la bicicleta en nuestro país.