La cuarta edición de la Ciclomarcha Carlos Sastre se ha celebrado ayer con el éxito social y deportivo que vienen marcando todas sus ediciones. La participación alcanzó los 1.240 ciclodeportistas de todas las edades y de ambos sexos y no hubo que lamentar ningún accidente a lo largo de los 122 kilómetros del recorrido. Las únicas incidencias fueron algunos parones motivados por problemas de tráfico, pero que no alteraron ni dificultaron el paso de los ciclistas.
Cómo ocurriera en la primera edición, tras una mañana soleada, a primeras horas de la tarde, cuando ya habían entrado en la meta de El Barraco todos los participantes, cayó una fuerte tormenta con granizo. No fue obstáculo para que reinara un gran ambiente en las carpas-comedor y en la larga entrega de trofeos y regalos a los participantes.
Carlos Sastre, que este año lucía una silueta menos estilizada que ediciones anteriores, volvió a ser la gran atracción de la marcha, mientras que su padre, Víctor Sastre, presidente de la Fundación Provincial Deportiva que lleva su nombre, mostraba su satisfacción por la deportividad demostrada por todos los participantes: “Una vez más han dado una lección de corrección y deportividad, respetando todas las reglas de Tráfico y comportándose como auténticos deportistas y amantes de la bicicleta”. También tenía palabras de agradecimiento para los patrocinadores, “sin los que no podríamos sacar adelante la marcha”, y para sus colaboradores, “que son nuestro mejor patrimonio y el motor para que todo esto funcione”.