La Madrid-Segovia MTB volvía a desafiar a 2.000 bikers de toda España en la marcha competitiva más importante del centro peninsular. Una prueba que aglutina en sus 117 kilómetros la exigencia de su perfil, la belleza de su entorno, y un cierre monumental con el milenario Acueducto de Segovia como escenario de esas emotivas fotos de finisher.
A las 7:30 horas comenzaban a dar pedaladas los primeros bikers. La habitual salida en la Avenida de Montecarmelo, con el skyline del norte de Madrid como telón de fondo, lucía gran ambiente. Volvía la Madrid-Segovia MTB a su esencia, con diferentes cajones de salida y pero sin esos protocolos sanitarios que marcaran la pasada edición y que le quitaba la atmósfera típica de la prueba.
Por delante, 117 kilómetros por la Sierra de Guadarrama y sus parajes de ensueño para el aficionado al deporte de las dos ruedas. El tramo neutralizado por el pueblo de Cercedilla, que servía como avituallamiento principal, marcaba el inicio del tramo clave de la prueba, con el ascenso al Alto del León. Los kilómetros acumulados y la dureza de sus rampas, parecía que iba a ser el verdadero escollo, pero el bloque técnico de descenso hacia la Panera, y el terreno rompepiernas posterior, con una superficie irregular, hizo que los participantes se tuvieran que ganar a conciencia la medalla de finisher de la Madrid-Segovia MTB.
La llegada a Baterías, meta cronometrada de la Madrid-Segovia MTB, y el tramo neutralizado por el corazón de Segovia actuaron con cierre de ensueño, para disfrutar de la hazaña y concluir con la medalla de finisher al cuello en el Acueducto de Segovia.
En esta edición los más rápidos fueron el segoviano Raúl Rodríguez y la biker de Lanzarote Lola Fiestas Perdomo. “Es una carrera diferente, por venir desde Madrid, y por su recorrido bonito, exigente pero accesible. Me ha gustado mucho”, comentó el biker de la localidad segoviana de Revenga. Mientras, la canaria Lola Fiestas destacó que “llegar a Segovia es un espectáculo”. Tras ellos, cientos de corredores concluyeron los 117 kilómetros para llegar a meta, a la estela del Acueducto, y sumar su nombre al selecto grupo de finishers de esta épica marcha.
