Después de nueve días de Tour de Francia donde el punto más alto fueron los 340 metros respecto al nivel del mar, el 105º Tour de Francia se zambulle directamente en la alta montaña con tres etapas alpinas. Si la del miércoles se distinguirá por su longitud y la del jueves por lo mítico de su meta, esta del martes lo hará por una altimetría quebrada, sin final en alto pero con mucha dureza repartida a lo largo del recorrido.
En el tercio decisivo se afrontarán el Col de la Romme (1ª, a 28,5 km de meta) y el Col de la Colombière (1ª, a 14,5 km de meta); en el inicial, el Col de la Croix Fry (1ª, a 115,5 km de meta); todos ellos hollados habitualmente en la Grande Boucle. La novedad, y por ello la gran atracción, es el Plateau des Glières, un puerto HC que se coronará a 90 km de meta.
Todavía quedará mucha carrera después de su cima, en la cual se surcarán dos últimos kilómetros de tierra. Sin embargo, esos 6 kilómetros con una pendiente media de doble dígito bien podrían dejar la competición hecha añicos y a algún favorito descolgado.
fuente: letour.fr