La caravana TRANSPYR ha llegado a la mitad de su travesía por los Pirineos. Y varios ciclistas, los que hacían la LITE A, es decir, las primeras cuatro etapas, han acabado su ruta en Aínsa en Sobrarbe. La dureza de la TRANSPYR ha obligado a abandonar el 20% de los ciclistas de la LITE A.
La cuarta etapa ha unido las poblaciones de El Pont de Suert con Aínsa. Los ciclistas han abandonado Catalunya y se han adentrado en tierras aragonesas. Los 100km del recorrido han dejado un sabor de boca exquisito a todos los participantes. Los Pirineos Aragoneses con su aridez y sus rocas, han relevado el paisaje empinado del Pirineo catalán. Los 3.000 metros de desnivel positivo y negativo han hecho disfrutar de lo lindo a los ciclistas. La climatología ha respetado a los ciclistas que, después de dos días pasados un poco por agua, han sufrido el calor de julio con un sol imponente.
Una vez más, los monstruos del equipo Buff Thermo Cool han jugado con las motos para ver quien llegaba primero a la meta. Los catalanes Pau Zamora y David Rovira han demostrado su fortaleza ganando su cuarta etapa consecutiva con 5h43min. Esta vez, pero, el equipo de los ciclistas invitados de Camprodon, a través de la iniciativa TRANSPYR SPIRIT, han hecho un papelón circulando gran parte de la etapa con los catalanes. Jaume Guàrdia i Joan Compte, que se han ganado la simpatía de todos por su humildad, han llegado a 17 minutos de los Buff con 6h00min. Met Guàrdia incluso ha tenido tiempo de pararse a hacer fotos con su cámara. Después de ellos, otro empate hermanado entre dos equipos: Es Pedal Bimont y Where is the limit han entrado juntos con un tiempo de 6h10min.
Los mallorquines Isidre Amengual y Antonio Vicens han cruzado la meta intercalados con Melcior Úbeda y Joan Pons. Mañana, con nuevos ciclistas que cubrirán la segunda parte (LITE B), se sale de Aínsa para llegar a la población de Jaca. Será la primera vez que el kilometraje no supera los 100km y tampoco se llega a los 2.000 metros tanto de desnivel positivo como negativo. Una señal inequívoca de que lo más duro ya ha pasado y que todo empieza a hacer bajada hasta el sueño de llegar a Donosti.
