El viento agita con fuerza la tienda de campaña y empieza a dolerme la barriga por culpa de unos yatecomos calentados con agua de grifo. Totalmente desvelado, comienzo a imaginar cómo debe de ser la vida de un profesional. Un profesional como por ejemplo Hans Becking (DMT Racing Team), líder sólido de la Volcat a falta de la última etapa, que se presenta lluviosa y llena de tramos pegajosos y resbaladizos.
Los mecánicos preparan neumáticos estrechos de compuesto blando y los masajistas buscan cremas especiales repelentes al agua. Un profesional duerme en hotel con calefacción y cuarto de baño limpio. Pero en mi realidad hay un pequeño charco de agua en la esquina de mi vieja quechua, y yo me arrincono para no mojar el saco de dormir. No es exactamente un sueño húmedo, pero también pienso mucho en la guapísima Eva Lechner (Torpado Bikes). La campeona de la Volcat me obliga a apretar fuerte el culo al final de cada etapa para que no me dé alcance. Y es que hablo de una fémina que gana fácilmente al 90% de los participantes masculinos.
foto: cano fotosport
El nivel de la Volcat es tan alto que tratar de buscarme en la clasificación es frustrante. Han acudido muchos profesionales y me preocupa hacer el ridículo. Mi mayor prioridad es tratar de aparentar que yo también soy alguien. Me coloco con esmero mis gafas de marca chapándome los mofletes para marcar bien los pómulos. Seriedad, aquí no quiero contar chistes tontos. Con los zapatos recién lustrados, esta vez me calzo con calcetines cortos blancos y tenso los gemelos para que se me vean las venas de la plena forma. Y después de varias jornadas esforzándome al máximo, por fin llega una gran recompensa. En la etapa final me corresponde salir en el primer cajón de los 50 mejores riders. Aunque sea el último, entro a la selecta parrilla de salida sacando pecho y me coloco orgulloso detrás de alguno de los mejores tops del mundo. Espero que nadie se percate de que llevo puesto el mismo culote de antesdeayer.
foto: Susanna Saez
Mi equipo, el Bikezona Team, es un tanto peculiar. En el maillot no tenemos ni un solo patrocinador, pero a cambio lucimos un simpático pájaro con cara de loco y el pico torcido. Más que un equipo, somos un grupo de variopintos que van a su bola con un calendario extenso en modalidades y disperso en geografía. Pero para la Volcat nos organizamos, nos juntamos todos. Y desplegamos todas nuestras carpas, banderolas, toldos, rodillos y demás parafernalia. Como presuntos managers contratamos a hermanas, novias y padres. Y les engañamos con falsas vacaciones para que nos atiendan en boxes y nos esperen en la meta con ropa limpia. Esto es máxima competición y todos los detalles cuentan. De nuevo, otra gran recompensa. Nuestro joven corredor Jon Tena consigue un segundo puesto en categoría Sub23. El inocente de Jon sube al podium con cara de niño asustado. Sueña con ser campeón, es calcao a mí pero con 20 años menos. No quiero quitarle la ilusión, pero lo más probable es que acabe convertido en un loco friki como yo. Llegar a profesional es tan difícil.
En la Volcat todo está calculado al milímetro, todo perfectamente organizado. Jueces de la federación con traje y corbata, sofisticados cronometrajes, meta con foto finish, cajones de salida con amplias puertas de embarque, y un reglamento extenso y estricto. Por supuesto el recorrido es también de máxima calidad. Mucho sendero estrecho recién arreglado para la ocasión. Físicamente la Volcat es bastante fácil, pero técnicamente este año está siendo súper exigente. Cientos de puntos de sutura, varias clavículas rotas y otros huesos fisurados. No pasa nada, el hospital de Igualada está a 200 metros de la meta. Adrenalina a tope, esto es lo más parecido a estar dentro de un videojuego. ¡¡Preparados listos ya…!!
Yo estoy acostumbrado a pruebas más largas y lentas, más aventureras. Pero reconozco que el mundo de la alta competición es muy emocionante. Por eso me gustaría dar las gracias a los organizadores de la Volcat, por dar la oportunidad a los más de mil participantes, de vivir el mundo de las carreras desde dentro y hacernos sentir como si fuéramos auténticos profesionales.
Crónica de: Joseba León, corredor del BZ Team.
Gracias a los patrocinadores del BZ Team por poder ayudarnos a seguir disfrutando en las carreras: Faster Wear, Jaime Llorente, Navali, Luck, Eubottle, Rifyl, Suomy y NRC.