Lance Armstrong respira tranquilo de nuevo. El siete veces campeón del Tour de Francia queda libre de todo sospecha tras cerrarse la investigación federal que durante dos años ha tratado de relacionarle con el dopaje.
"Estoy feliz, muy contento de que todo esto quede atrás", ha asegurado Lance desde Panamá. "No fue una experiencia placentera, fueron tiempos muy difíciles, pero tenía confianza en que, al final, todas las cosas regresarían a su lugar".
El ciclista espera que la decisión del gobierno federal de detener la investigación también ponga fin a todos los rumores que señalan que utilizó sustancias prohibidas a lo largo de su carrera en el alto rendimiento. El estadounidense celebró con su familia que todo haya terminado. "Abracé a mis hijos, abracé a mi novia y fui a destapar una cerveza fría".
Armstrong se prepara ahora para su primer IronMan en 20 años, el que disputará en Panamá.
Estos son algunos de sus mejores momentos
