Litu Gómez abandona tras su caída en La Panne

No corre peligro su participación en el Tour de Flandes Ángel Gómez ‘Litu’ se ha visto implicado en una de las temidas “montoneras” vividas en la segunda jornada de los Tres Días de La Panne, sufriendo una aparatosa caída en el kilómetro 110 de la etapa que le ha obligado a abandonar la carrera. Una vez más, el casco protegió al ciclista cántabro de un fuerte golpe en la cabeza, rompiéndose tras el fuerte impacto contra el asfalto. Una vez superada la conmoción y comprobada la ausencia de fracturas, el corredor del Fuji-Servetto fue trasladado a un centro médico de Oostduinkerke donde fue puesto en observación para controlar su evolución. Sin fracturas ni otras consecuencias neuronales, al ciclista cántabro sólo le queda recuperarse de las diversas erosiones y raspaduras que, una vez más, vuelven a decorar su cuerpo. ”Desde luego que lo mío es mala suerte. Un año más vuelvo a tocar el asfalto belga. Al final todo ha quedado en unos rasguños, pero en un principio nos hemos alarmado, teniendo en cuenta las consecuencias de la caída en Flandes del año pasado. Por suerte todo ha quedado en un susto. Mi participación en el Tour de Flandes no corre peligro, y eso es lo más importante. Tengo la espina clavada desde la caída del año pasado, y este año estoy más ilusionado y motivado que nunca”. Las caídas se cebaron con el de Ucieda en la pasada temporada impidiéndole mantener una regularidad competitiva. En la Vuelta a Flandes sufrió una aparatosa caída a 60 kms. del final, cuando rodaba en el grupo cabecero, y se fracturó el radio de su brazo derecho. Tras casi dos meses de baja, trabajó con ilusión e intensidad para poder ganarse una plaza en el Tour. Consiguió el deseado objetivo, pero en la tercera etapa fue a impactar con un bordillo en una mediana y tuvo que abandonar con una fisura en la cadera. Volvió a trabajar con ilusión su recuperación para estar a punto en la Vuelta a España, pero su equipo fue ‘castigado’ por la organización y quedó fuera de la ronda española. Finalmente, en la penúltima etapa de la Vuelta a Alemania volvió a besar el suelo de forma aparatosa cuando disputaba el sprint con posibilidad de victoria a otros diez corredores.