Dominio holandés en el primer día de los Campeonatos del Mundo de ciclocross en el que el sub-23 Lars Van der Haar y el junior Matthieu Van der Poel ratificaban su condición de favoritos, aunque en ambos casos de forma más apretada de lo que cabía esperar.
Van der Haar revalidó su título ‘espoir’ después de un reñido duelo con el belga Wietse Bosmans, que en diversas fases de la carrera parecía iba a imponer su corpulencia en las arenas de Koksijde. El ‘naranja’ provocó pronto la selección, aunque el belga le aguantó perfectamente e incluso en determinados tramos de arena se iba ligeramente por delante.
Parecía que iba a ser un duelo entre los dos, pero a falta de dos vueltas se sumó otro holandés, Michiel Van der Heijden. Bosmans acusó ligeramente su desgasta, aunque lo que determinó la carrera fue la astucia del ya bicampeón del mundo, para atacar en el momento oportuno.
Bosmans cedía 1 segundo y Van der Heijden, 4, mientras que el francés Arnaud Jouffroy, que también hizo una interesante carrera, terminaba cuarto, a 5 segundos, es decir, a punto de dar alcance a los de delante.
Pasando a los españoles, 37º puesto para Jonathan Lastra, 41º para Pablo Rodríguez –ambos a una vuelta-, 43º para Ion Gómez y 45º Íñigo Gómez, a dos y tres respectivamente. Es decir, bastante igualdad entre ellos, pero muy lejos de las primeras posiciones, como era de esperar.
Para De Santos, “aunque Pablo e Iñigo han tenido que cambiar de bici, no les ha afectado en exceso. Como decía en la víspera, son corredores que están trabajando de cara al futuro, en especial los dos de Hirumet que son de primer año”. Por equipos, novena plaza para España, en una clasificación en la que se impuso la selección de los Países Bajos.
Ribera, el mejor junior español
José Manuel Ribera, en el puesto 32, a 5-37 era el español mejor clasificado en la prueba junior, inmediatamente por delante del cántabro Kevin Suárez (33, a 5-43), mientras que Jaime Campo era clasificado en el puesto 49, a dos vueltas.
Una fuerte caída en la segunda vuelta acabó con las aspiraciones de Suárez, ya que le obligó a cambiar de bicicleta, perdiendo bastantes puestos –llegó a ir entre los veinte mejores en los compases iniciales-, pero sobre todo le afectó a nivel mental, ya que desde entonces no estuvo tan centrado en la carrera.
La victoria correspondía al holandés Matthieu Van der Poel tras una exhibición de poderío físico y mental. Y es que el hijo de Adrie y nieto del mítico Poulidor desaparecía de las primeras posiciones a las primeras de cambio, al parecer por unas molestias estomacales, aparte de la fortísima salida de los belgas Wout Van Aert y Daan Soete.
Pero Van der Poel alcanzaba un par de vueltas más tarde la cabeza en compañía del francés Quentin Jáuregui hasta formarse un grupo de seis unidades que pronto se disgregaría ante el ataque del vencedor, que, controlando bien, se impondría con 8 segundos sobre el belga Van Aert. Los anfitriones, pese a tener cuatro corredores en ese grupo cabecero, no podrían rematar con el bronce, que finalmente fue para Jáuregui, a 21 segundos, que superó al sprint a Quentin Hermans y Soete. Bélgica tuvo que conformarse con el triunfo por naciones.