Hacía tiempo que tenía ganas de enfrentarme a esta prueba. Se trata de 320 kms con salida en Bagnerés de Luchon y llegada en Baiona. Me atraía especialmente el recorrido, empezar en Pirineos y acabar junto al mar, la dureza (5200mts de desnivel positivo), coronando Peyresourde, Aspin, Torumalet y Soulor / Aubisque, cuatro puertos fuera de categoría y el más modesto Oskitz y, sobre todo, el ambiente. Me encanta esta idea de desafío montañero no competitivo, donde lo único importante es llegar sin los agobios del crono a los que somos tan aficionados a este lado de la muga. De hecho, no hay clasificaciones, ni chip, ni alfombras para el control de tiempo. Aquí todo es manual. Los controles de paso se hacen a la vieja usanza, cartón y sello.
Los avituallamientos son atendidos por los veteranos de la sección ciclotourista del club “Aviron Bayonnais”, muchos de ellos bien entrados en años. Aquí se respira la esencia del ciclismo y uno acaba enamorándose, más si cabe, de este deporte.
Dice la historia que éste es el recorrido de la primera etapa pirenaica del Tour, allá por el año 1910. De ahí nació la idea de esta prueba, que en un principio solo interesaba a un grupo de valientes aventureros, sin ningún tipo de apoyo mecánico, ni avituallamientos, con el único objetivo de alcanzar la estación de tren de Luchon para regresar a casa. Con el tiempo, se ha convertido en uno de las Ciclomontagnards de referencia en el país galo y la organización se ocupa de una manera sobresaliente del tema de los traslados y alojamientos. En un principio la prueba se desarrollaba en ambos sentidos alternando el lugar de la salida. En la actualidadb, se celebra sólo en los años pares y, definitivamente, se ha optado por el recorrido actual (Luchon – Baiona) evitando así los problemas de tener a la gente circulando de noche por esos puertos del demonio. También es posible hacer el recorrido en dos etapas.
Los participantes son en su mayoría del País Vasco y los que se animan a hacer el recorrido en un día no llegarán a los 600.
La prueba tiene dos partes bien diferentes .La zona de Pirineos con sus cuatro míticas subidas es muy atrayente y se hace entretenida, pero la parte final, y sus 150 kms de rompepiernas por las carreteras vascas acaban rayando a cualquiera. Viene a ser como correr Tour y Vuelta a Euskadi seguidos en un día. Es muy importante no quedarse solo en esa parte final.
Este año el tiempo no ha acompañado. Ha estado cubierto y en los altos llovía. La niebla no dejaba disfrutar de los paisajes y la carretera mojada no permite gozar en las bajadas. Pero a pesar de todo, somos muchos los que lo hemos conseguido. Hemos sufrido con el frío, nos han dolido las manos y las piernas, hemos sonreído en los avituallamientos y, al acabar, todos los del grupo nos hemos abrazado como verdaderos amigos tras más de 12 horas de aventura.
Luis Alberto corredor del BZ Team CoFactory