Este sábado 22 de julio, los aficionados a la bicicleta tanto de Navarra como del resto del país tuvieron la oportunidad de disfrutar de una de las marchas cicloturistas más emblemáticas de todo el calendario nacional. La 32º edición de La Indurain aguardaba una fantástica jornada dedicada en exclusiva a la bicicleta que comenzaba a partir de las 8:00 horas en Villava, con los inscritos tomando la salida para completar uno de los tres itinerarios establecidos por la organización.
El primero de ellos es el recorrido corto de 60 kilómetros y unos 600 metros de desnivel acumulado, con la ascensión al Puerto de Erro como el principal escollo del día. El segundo es el trayecto de 100 kilómetros y casi 1.500 metros de desnivel acumulado, con dos puntos de avituallamiento dentro de un entorno con un encanto particular sobre una de las zonas más boscosas de la Comunidad Foral de Navarra. El último es el más afanoso de todos ellos, conformado por una etapa de 180 kilómetros y una altimetría constituida por dos ascensiones de 3º categoría, una de 2º y tres exigentes escaladas de 1º, componiendo más de 3.000 metros de desnivel acumulado.
El ambiente festivo y deportivo fue la nota dominante durante el fin de semana y los inscritos pudieron gozar de la espesura naturaleza de los paisajes, con las montañas custodiando el esfuerzo de los ciclistas. Cada cima alcanzada por el pelotón fue una recompensa de la mano de las espectaculares vistas que ofrece la zona, sumada a la satisfacción de haber superado otro obstáculo.
Más allá de los resultados y los tiempos, todos los participantes se llevaron consigo el sábado una experiencia inolvidable, superando el desafío en las tierras que vieron crecer al emblemático Miguel Indurain, cuando se cumplía el aniversario de su doblete en el Giro de Italia y Tour de Francia hace ya 31 años.
