El Equipo Lizarte ha reclutado a Mateo González, ciclista soriano que debutó esta campaña en la categoría sub23 corriendo como independiente. Este rodador, curtido en un calendario internacional y versado en pista, se convierte en el octavo fichaje del conjunto navarro de cara a la temporada 2020 tras los juveniles Raúl García Pierna (Kometa - Fundación Contador), Dylan Westley (HMT Hospitals), Pablo Castrillo, Jon Gil, Mikel Retegi y Diego Uriarte (Lizarte - CC Ermitagaña) y el también sub23 de primer año Iván Cobo (Gomur).
A Mateo González (2000, El Royo) el ciclismo le viene en la sangre. “Mi padre trabaja como comisario antidopaje”, explica. Ante la ausencia de estructuras de base en Soria, González se acostumbró pronto a “buscarse la vida”. Compitió en las categorías inferiores del Club Ciclista Burgalés y, de cara a su etapa juvenil, estuvo en el Club Ciclista Burunda... y en Bélgica. “Viví en un piso con varios ciclistas estadounidenses que mi padre había conocido en el Mundial de Richmond. Gracias a eso he podido correr en Francia, Países Bajos, Suiza… y he aprendido inglés”.
Tanto en juveniles como en sub23, Mateo González ha compaginado la carretera con la pista y la serendipia. “Siempre he sido aventurero y un poco inconsciente”. El pasado invierno se plantó en el International Track Meeting de Gante en un viaje que incluyó Blablacar, avión, tren y hasta un trayecto por los suburbios de la ciudad belga montado en la bicicleta de pista. Sabiendo esto, no es extraño que, cuando la pasada temporada se quedó sin equipo para debutar como sub23, se sacara el carnet de conducir para poder ir y venir a las carreras del Torneo Euskaldun y el Torneo Lehendakari solo, por sus propios medios. “Decidí demostrar mi valía por mí mismo”, explica. “Tengo la suerte de que mi familia me apoya muchísimo. Mi padre me daba todos los fines de semana 50€ para ayudarme con la gasolina”.
“Y ahí que se venía, plantándose cada fin de semana en una esquina del País Vasco, demostrando que tenía ganas de correr y que es un ciclista diferente”, explica Jon Armendariz, director del Equipo Lizarte. “No me fue mal”, dice con modestia Mateo González. “En carreras como la Subida a Urraki pude demostrar que, aun yendo sin equipo, podía pasar las subidas entre los 20 mejores. Aparte, como he hecho mucha pista, tengo cierta punta de velocidad en los sprints reducidos como el Campeonato de Aragón, donde también me presenté e hice 2º. En el llano siento que también me manejo bien porque aprendí mucho en Bélgica”. Tras una temporada compitiendo de negro en el calendario vasco, González se ha ganado vestir de ‘rosa’ en 2020.